domingo, 21 de febrero de 2016

¿QUÉ HACER CON LAS COSAS INÚTILES?

¿QUÉ HACER CON LAS COSAS INÚTILES?

¿Qué hacer con los cuchillos sin filo? ¿Con las cartas no escritas, las escritas y no enviadas, las respuestas que no llegaron? ¿Qué hacer con las cucharas que ya no son capaces de achicar el agua? ¿Con el odio, el rencor, la venganza no cumplida, el temor, la ira? ¿Qué hacer con los tridentes y los mondadientes? ¿Con los dientes de leche? ¿Qué hacer con el reloj dorado que se detuvo a las tres y cuarto y con su caja -esfera terráquea- con sus mares y continentes? ¿Con el Ulysses del que tantos hablan y tan pocos han leído? ¿Qué hacer con el asa de un maletín que ya no existe? ¿Con los raros moldes de zinc para fabricar cigarros puros? ¿Qué hacer con la escena galante grabada en cobre? ¿Con la flor pintada? ¿Qué hacer con la estilográfica de piel de leopardo, con la Parker de acero que no deja fluir la tinta, con el porta-lápices verde oscuro? ¿Con los bisturíes sin usar? ¿Qué hacer con las piedras de otras islas, playas, montañas, volcanes? ¿Con los huesos y los fragmentos de huesos, con las cruces, con el juego de compases, con la rana de bronce, con la moneda cuadrada? ¿Qué hacer con la cabeza reducida por los jíbaros, con el límpido cráneo de un gato? ¿Con las hebillas de latón, los pendientes de oro falso, el anillo de plata roto que muestra una desgastada calavera? ¿Qué hacer con los 428 tapones de corcho que abandonaron sus botellas? ¿Con el collar de colmillos de metal y los dos colmillos de jabalí? ¿Qué hacer con las manos de Durero, con la alta jarra de porcelana inglesa? ¿Con el Guernica en miniatura, con el diminuto conejo de punto, con los azulejos azules de 3 centímetros cuadrados? ¿Qué hacer con tu nombre -letra junto a letra- escrito es 6 dados? ¿Con el pequeño laberinto y las letras del abecedario? ¿Qué hacer con el imán que no descansa, con el metacrilato siempre transparente? ¿Con las piezas insignificantes que dan solidez a una caja? ¿Qué hacer con una caja que contiene otras cajas? ¿Con los elementos independientes? ¿Qué hacer con Diógenes y con el síndrome de Diógenes? ¿Con las palabras ausentes, con todas las que faltan, con las que sobran? ¿Qué hacer con los dedos que no envejecen, con las uñas cortadas? ¿Con los caballitos de goma endurecida de donde se cayeron sus jinetes? ¿Qué hacer con la tabaquera tallada y barnizada hace 50 años? ¿Con los amores que no fueron, no duraron, no supieron o no quisieron ser? ¿Qué hacer con los caminos andados a la inversa y los simplemente despreciados? ¿Con los teléfonos que no llaman y los teléfonos que no responden? ¿Qué hacer con el fuego que no arde, con el árbol consumido? ¿Con los pétalos de una rosa desaparecida de la que se percibe aún su profundo aroma? ¿Qué hacer con la noche interminable y con la interminable sucesión de las noches? ¿Con los ojos que ya no miran nada, que no ven nada, que nada persiguen? ¿Qué hacer con uno mismo, que decisión tomar? ¿Y cómo saber si lo inútil no será útil todavía? ¿Cuándo poner punto y final, cuándo cerrar el círculo de los interrogantes? ¿-------------?

Salvador Alís.

2 comentarios:

  1. ¿qué hacer o no hacer? esa es la gran cuestión en nuestra vida y la que nos define, todo es pasado y cuando se le observa se convierte en futuro, el pasado nos define para el futuro

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  2. Querida Velita: respondo a tu acertado comentario con un poema ¿Qué hacer o no hacer?, cuyo título y contenido se inspiran claramente en tus palabras y en mis sensaciones ante tus palabras. El ojo que fijó la vista en la diana, la tensión del brazo y de la cuerda y los dedos que calibraron la altura y la distancia, son responsables (junto al viento) del punto exacto donde incidió la flecha.

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