sábado, 28 de julio de 2018

CONSEJOS A UN ESCRITOR FUTURO

CONSEJOS A UN ESCRITOR FUTURO

          Hacia 1945 ó 1946, Emil Cioran (que entonces debía tener 34 ó 35 años) escribió en una obra póstuma, publicada en España en 2018 bajo el título Extravíos (página 30), lo siguiente:

"La idea de civilización, de progreso, el culto a la humanidad y al futuro son mitos con los que el hombre se engaña a sí mismo, es la huida de su propia inutilidad. Basta con que echemos cada cual una mirada despiadada en nuestra propia <profundidad> para que perdamos la fe en estas patrañas. Nada puede el hombre - sino elevarse a la contemplación de su propia nada. La historia entera, la sucesión total de sus esfuerzos no es sino el desvío de esta contemplación. Por orgullo ha querido el hombre desquiciar el universo -y no ha logrado sino perder su propio equilibrio, asesinando -bajo el embrujo del yo- el conocimiento de sí mismo."

          Si puedes superar esto, escribe. Sigue escribiendo. Si no puedes, guarda silencio.

PASEO Nº 1

PASEO Nº 1

28 de julio de 2018









Fotografías de fotografías de pájaros,
distorsionadas por la luz del sol y los reflejos de las palmeras.


miércoles, 25 de julio de 2018

LA HORMIGA

LA HORMIGA


Siento celos de la hormiga que sobre su cabeza levanta un peso superior a su peso
y luego se adentra en el hormiguero.


Salvador Alís.

lunes, 23 de julio de 2018

"Lagrimas Negras"- Zu&Nuria

RECONOCIMIENTO Y DESPEDIDA


RECONOCIMIENTO Y DESPEDIDA


Desde abril de 2013 he publicado 1.286 entradas en DÍAS VOLANDO, textos, imágenes y música. Pero hace ya un par de meses, impelido por las dudas de este empeño, decidí comprar un cuaderno para uso personal. No es que reniegue del hecho de escribir para ser leído, por más que mis lectores fieles sean un puñado y los muchos anónimos y ocasionales sean perfectos desconocidos. Quizá necesitaba una pausa, un refugio, la promesa de estar a solas y atender a mi propia voz. En este tiempo, no se cuántos curiosos lectores me han visitado, escuchado y leído en 54.885 ocasiones.

En la quinta página del nuevo cuaderno aparece su título: VIDA, mi nombre y la fecha 19 de julio de 2018. Elegir una opción para ese título me ha llevado sesenta días, aunque finalmente -entre el diario, los apuntes y la autobiografía- he pensado que lo más conveniente sería no poner límites y agotar y mezclar todas las posibilidades.

De aquí en adelante, por lo tanto, escribiré mis textos a mano en el cuaderno recién estrenado, hasta su final. Y en DÍAS VOLANDO aparecerán o seguirán apareciendo canciones, algunas fotografías y tal vez, sin garantías, algunos fragmentos.

Agradezco la fidelidad y la curiosidad. Y espero que se comprenda que esta distancia se requiere para otros objetivos. Respecto a las imágenes pasadas y futuras (pues en este caso el presente no existe) desearía que cada cual las viese con una mirada limpia de prejuicios. ¿Y qué decir de las canciones? No siempre me han importado sus letras. En la mayor parte de las ocasiones, la responsabilidad de su inclusión ha recaído en la simple emoción de escucharlas.

Reconozco que DÍAS VOLANDO puede ser en sí mismo un diario, una autobiografía. Y reconozco que me ha gustado tener lectores fieles y otros esporádicos. Sin embargo, es hora ya de prescindir de aquellas condiciones. Es el momento de sentarse sobre el suelo y fijar la vista en una pared blanca.

Del tema que antecede a esta entrada no me interesa su mensaje cantado -a lo sumo, un par de frases: "Un jardinero de amor planta una flor y se va. Otro viene y la cultiva. ¿De cuál de los dos será?"- .

Lo que no puedo ocultar ni negar, como personaje y autor obsesivo, es la encarnada flor del hibiscus que la cantante acoge entre sus manos, mientras canta.

Sujetar una flor significa tanto que todo lo demás se desvanece en el paisaje. A través de esta ventana, de estos cristales rotos: la vibración adentro, las voces fuera.


Salvador Alís.


viernes, 13 de julio de 2018

MALÍA


MALÍA

Para mi nieta, al nacer.
9 / 10 / 12 y 13  de julio de 2018.


Entre un acento sí y un acento no, se debate ante tu nombre
este poema, escrito hoy para ser leído en el futuro.

Un gato negro y seis gatas de diversos colores te esperan en dos casas,
intuyen que pronto vendrás para alterar sus días y sus noches,
para sumar vida a sus vidas, para llorar y reír, crecer y amar.

Serenos pero expectantes ante lo que ha de venir,
porque los gatos no lloran ni ríen, ¿quién puede negar que saben
que lo que permanecía oculto por fin ha de mostrarse?

En esta noche prolongada, entre el lunes nueve y el martes diez
del mes julio de este año, comienza a caer una fina lluvia,
una lluvia templada que moja mi espalda sin molestar,
discreta y suave como sólo la lluvia sabe ser.

Para tomar aliento y buscar palabras que decirte,
salgo al balcón y contemplo la noche y, al abrir los ojos, 
veo que el hibiscus prepara dos capullos que mañana se abrirán
para ti en dos flores: para darte la bienvenida y decirte
que su vida es breve pero intensa, que nuestro brillo
es su fulgor, que la intensidad es la meta y que nada se logra
perdiendo el tiempo.

En ese arte soy maestro: me propongo objetivos que nunca alcanzo.
Espero que me perdones o, al menos, que me comprendas.
Quise dejar de fumar antes de que nacieras y no lo he conseguido.
Me comprometí conmigo mismo a no apurar las copas
y hoy brindo por ti y por mí con la soberbia botella dorada,
amada y odiada, que tanto duele como complace.

Hoy no te he cogido en brazos, horas después de nacer,
tan frágil, tan bonita, tan delicada. Te he visto dormir, levemente agitar
tus diminutas manos y pies, abrir los ojos y no ver,
mamar y levemente sonreír. Espero compensarte.

Mis ojos se han dividido entre la hija y la madre. Y mis pensamientos
no son fáciles de explicar. Aunque sí: tres décadas después
mi amor se duplica, se replica, y permanece.

Vida que viene a completar otras vidas.
Días y noches para reafirmar que la vida se abre paso,
que, a pesar de todo, el gato negro y las seis gatas distintas
saben lo que pasa, que el amor verdadero triunfa y se impone.

Para celebrar tu nacimiento, en este día pasado de vueltas,
me enfrento a la última copa, a la noche y a su desvelo.
Si tu nombre significa rebeldía espero que seas rebelde,
espero vivir lo suficiente para que me quieras.

Si hoy has nacido se debe a una clara intención,
a un acto de amor incuestionable venciendo toda dificultad,
pues fuiste buscada y deseada como sólo la vida
se busca y se desea.
Un gato negro y seis gatas multicolores te esperan para explicarte
cómo es el mundo según su punto de vista.

Si algún lejano día lees este poema (el primero que te escribo),
no olvides que existes por ese amor,
porque a pesar de todo la vida se manifiesta como vida.
Pero recuerda que ese amor nos exige y nos reclama vivir
para hacer de este mundo un mundo mejor.

Veo a tu madre agotada y feliz, a tu padre exhausto y feliz,
y te veo a ti respirando el primer aire.
Por esa inspiración y esas felicidades sigue la vida hasta su final.
Como gato experimentado y viejo, sé que habrá palabras
y dibujos, y que tú, Malía, le darás la vuelta a todo
porque tu tiempo será tu tiempo y será desigual y tuyo.

Han pasado tres días. Te he tenido entre mis brazos.
Tu calor entre mis brazos, tus latidos que apenas se escuchaban
pero claramente se imponían al silencio y eran sentidos.

Esos latidos son pequeñas anclas seguras
que desde hoy impiden que un mar tan agitado como el mío  
sea el mar que me reclame y me sumerja.
A ti y a mí todavía nos esperan playas frescas y luminosas
donde poder nadar ingenuos y sin remordimientos.

¡Qué mejor promesa para el amor de mis amores¡
Si vuelvo atrás en sueños, veo algunas mujeres y hombres
remando con determinación para traerte a esta isla.
Pero esta isla es una entre miles y tú deberás libremente elegir.

No temas nada, nunca dudes aunque dudes,
pues la vida siempre se abre paso.
Las dos flores del hibiscus tienen hoy el color de tu piel.


Salvador Alís.