domingo, 16 de marzo de 2014

LA SUBASTA

LA SUBASTA

     Se encuentran en una librería. El editor y el pintor

     Se dan la mano y se dicen cuánto tiempo ha pasado

     Ninguno de los dos mira el reloj. El editor dice que un autor debería publicar una primera edición de 60 ejemplares y después renunciar a su libro

     Publicar un libro es una tragedia. O algo parecido

     Se recomiendan libros, ahora y más tarde

     El pintor envía al editor tres de sus apuntes

     Una cabeza de yeso a la que siempre se le está quitando algo, añadiendo algo. Una cabeza de yeso rectificada constantemente. Una cabeza de yeso a la que se horada, se raspa, se hacen incisiones, se lija, se empasta y se vuelve a lijar

     Escribir es esto

     El editor habla vagamente de wisky. El pintor escucha a intervalos con una copa de vino en la mano. Pero esto sucede en otra librería

     Un libro enorme abierto sobre una mesa entre libros. Lee al menos las cinco líneas anteriores. Escribe al menos cinco líneas

     Lectores y escritores cuyas cabezas de yeso tienen costras y escamas, agujeros, manchas verdes, surcos grises

     Se escribe para no decir, se tapa una cosa con otra

     Un libro del que sólo existen dos ejemplares se subasta en ambas librerías. La cifra más alta es difícil de imaginar. En ese libro no hay más palabras que las que forman el título, la autoría, la edición y la fecha de la edición

     Puede llamarse El libro de las portadas variables ( y contener un número indeterminado de pinturas ), puede abrirse por cualquier página

     Junto al Libro de las portadas, el editor y el pintor cruzan a Salinger con Márai

     Publicar un libro es una comedia, un espectáculo

Salvador Alís.

    




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