jueves, 20 de marzo de 2014

AQUILES

AQUILES

     Siempre llego tarde a todos los sitios. Y sin embargo soy más veloz que cualquiera

     Quizá se deba a que suelo escoger el camino más largo o varios a la vez, y extraviarme

     Los cuadros que he pintado son prueba de ello, y lo son mis cuadernos y mis fotografías

     Se puede plasmar una vida en un ordenador, y esa vida ser vista por muchos ojos

     Pero si alguien piensa que hay vidas en los ordenadores, se equivoca

     Las imágenes y las palabras han sido congeladas. Y sólo la música parece estar viva

     En un ordenador se pasa tiempo, se introduce uno en él de vez en cuando y se van ocupando espacios más extensos

     Los elementos que conforman un ordenador te permiten escanear tus propias manos, crear un enorme cementerio de fotografías, observar el mundo a través de numerosos agujeros de cerradura, escuchar las palabras de millones de seres, los latidos de millones de seres, la música que parece estar viva

     La diferencia entre congelación y vida depende naturalmente del punto de vista: mientras alguien elabora su vida en un ordenador, introduce en él fragmentos de sí mismo que, para ser plasmados universal y eternamente, lo que no deja de ser una clara exageración, necesitan ser congelados, es decir: morir

     Otro punto de vista es que durante la ejecución de la tarea, el que interactua con el ordenador vive para contarlo

     Siempre llego tarde a todo. Y sin embargo

     La velocidad del ordenador es la velocidad del mundo

     Hace unos pocos siglos, y más atrás, ¿a cuántos seres veía en toda su vida un habitante de una pequeña aldea de montaña

     Sin ordenador, sin televisión, sin cine, sin revistas, sin prensa, sin cámaras fotográficas

     Apenas la pintura y la escultura, los grabados y los libros iluminados. Más sólo para las élites

     Yo sentado en lo más alto de mi montaña, tecleando sin pausa

     Esta vida cinematográfica, escrita, fotografiada, escaneada, impresa, publicada

     Esta vida de colores y banda sonora

     Algo tan cotidiano y banal. Algo tan único

     Siempre llego tarde y por eso nadie me espera. Y sin embargo

     Dejar tras de sí un reguero de pólvora, una mecha encendida que se bifurca constantemente hasta formar un árbol

     Y ese árbol en llamas cada vez que se convierte en vida plasmada

     La fricción acelerada por la velocidad, la erosión de los elementos, el desgaste de los dientes de la máquina

     Para ver el conjunto, alguien debe subir escaleras y situarse por encima de

     La vida que en el día se entretiene con la visión de una nube. Las nubes donde se pierde la vida

Salvador Alís.

    

    

    

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario