TRAGICOMEDIA
Con el tiempo se escribe más y se habla menos, se lee menos y se entiende más
Con el tiempo el amor se convierte en sueño y el sueño se repite cada noche según la lógica de las ensoñaciones
Un reloj de pulsera que nunca se detiene, abrazando la muñeca como un guante
Las finas saetas cuando se superponen; a veces son del mismo color, a veces hay una negra o plateada y también una roja o blanca o amarilla
El encendedor metálico junto a la pequeña brasa. La plata dormida, el oro devaluado, el coral roto
El fumador y su constante exhibición de humo. Su repertorio de gestos
El escritor, al igual que el pintor, frente a su papel en blanco
El actor que ha sido abandonado en un escenario frente a un público exigente
El mago que saca de un viejo baúl tigres y leones y otras fieras semejantes
Gatos saltando alocadamente por el escenario vacío donde el actor recita
Con el tiempo se abren grietas en el lienzo, en la hoja de papel aparecen manchas, el cuaderno amarillo se deteriora
El coro que se coloca más tarde junto al actor lo componen mujeres de bocas muy grandes abiertas elásticamente
El escritor piensa que podría escribir una canción para el coro
La música aún no ha hecho acto de presencia
Esas mujeres que forman el coro tal vez sólo existan como pinturas en un decorado
Una de las mujeres del coro tiene la voz muy débil
El coro eleva la voz y el actor se calla. Las finas saetas del reloj de acero se alcanzan y se sobrepasan
"En la noche -dice el coro- un mago abre un viejo baúl: surge otra mujer partida en dos. Del baúl surge un sombrero y del sombrero un conejo blanco que, a su vez, porta un sombrero del que sale una mariposa negra y también un murciélago
El suelo del escenario está tapizado con terciopelo y el actor se encuentra descalzo
El reloj de pared encerrado en un círculo de madera
El zafiro que protege a las finas saetas
En la parte posterior del escenario, ocultos por un enorme telón de fotografías, el escritor frente a su teclado y el pintor lavando sus pinceles
Las colas de los tigre, de los leones, de los gatos y de otras criaturas semejantes, se hunden en botes de pintura diseminados por el escenario y luego manchan, salpican y rozan al público exigente
Se crea así un cuadro vivo del que pronto se observan fugas
Algunos espectadores, como luces que se apagan, abandonan el teatro. Con el tiempo, unos se aburren y otros sienten temor
Con el tiempo importa más la escritura y menos las palabras, se recuperan papeles de otras épocas, se comprende todo un poco mejor
"En la puerta posterior del teatro aguardan dos mujeres con la boca cerrada
"Y otra mujer en el extremo de un pasillo que finaliza
"Brotan como setas silvestres gatos de colores del terciopelo que tapiza el escenario
"Luces indirectas los iluminan en sus vuelos alocados
"La escritura que escriben puede ser traducida -dice el coro- en palabras que no importan
Pero el rostro del actor indica todo lo contrario. Sabe que su rostro está en juego
Algunos instrumentos en un ángulo del escenario. La música rebotando contra las paredes interiores de un cubo profusamente ornamentado
La Turca en el escenario adelantándose al coro. Se escribe cada vez más y se habla menos
Sobran las explicaciones. Piensa el pintor que sus colores lo dicen todo por él. El escritor ante tu teclado. El actor descalzo sobre el terciopelo
Una cámara sigue al actor en sus monólogos. Mientras envejece
Algunas de las setas silvestres son claramente venenososas y otras pasan desapercibidas. Pero los gatos no inoculan veneno alguno
Escriben sueños donde se repite el amor cada noche según la lógica de las ensoñaciones
A medida que el público, asustado o aburrido, abandona el teatro, los gatos en el escanrio exigen respeto para el actor
El coro guarda silencio ante La Turca. El pintor pretende pintar un cuadro de grandes dimensiones. El escritor traiciona sus palabras
La música se adueña del escenario. Todo se diluye
El esqueleto de un pájaro de grandes dimensiones ocupa el escenario
Entre sus costillas curvadas (dos peines sinuosos en forma de corazón) las bocas del coro reclamando vida. Pero la vida es soñada cada noche y el discurso cambia
La canción es otra, la pintura se modifica
Salvador Alís.
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