LA SUBASTA
Se encuentran en una librería. El editor y el pintor
Se dan la mano y se dicen cuánto tiempo ha pasado
Ninguno de los dos mira el reloj. El editor dice que un autor debería publicar una primera edición de 60 ejemplares y después renunciar a su libro
Publicar un libro es una tragedia. O algo parecido
Se recomiendan libros, ahora y más tarde
El pintor envía al editor tres de sus apuntes
Una cabeza de yeso a la que siempre se le está quitando algo, añadiendo algo. Una cabeza de yeso rectificada constantemente. Una cabeza de yeso a la que se horada, se raspa, se hacen incisiones, se lija, se empasta y se vuelve a lijar
Escribir es esto
El editor habla vagamente de wisky. El pintor escucha a intervalos con una copa de vino en la mano. Pero esto sucede en otra librería
Un libro enorme abierto sobre una mesa entre libros. Lee al menos las cinco líneas anteriores. Escribe al menos cinco líneas
Lectores y escritores cuyas cabezas de yeso tienen costras y escamas, agujeros, manchas verdes, surcos grises
Se escribe para no decir, se tapa una cosa con otra
Un libro del que sólo existen dos ejemplares se subasta en ambas librerías. La cifra más alta es difícil de imaginar. En ese libro no hay más palabras que las que forman el título, la autoría, la edición y la fecha de la edición
Puede llamarse El libro de las portadas variables ( y contener un número indeterminado de pinturas ), puede abrirse por cualquier página
Junto al Libro de las portadas, el editor y el pintor cruzan a Salinger con Márai
Publicar un libro es una comedia, un espectáculo
Salvador Alís.
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