lunes, 16 de diciembre de 2013

EN ESTA CIUDAD

EN ESTA CUIDAD

     Todos los habitantes de esta ciudad se quejan de su mala suerte. La suerte es una peonza que gira hasta que se cae. Y entonces

     En algunas plazas de esta ciudad, preferentemente circulares, aparecen naves también circulares. Se cree en cualquier cosa

     La añoranza de volar y la verdadera fe se apuestan en tugurios. En esta ciudad

     Desaparecen niños a veces en esta ciudad

     Frases ingeniosas se desvanecen entre las ventanas y las puertas

     Se entra en las casas por puertas y ventanas. Se entra en el más allá, atropelladamente

     A veces en esta ciudad se detiene a un enano

     La peonza gira realmente. Nadie imagina que gira. La chica que ha desaparecido tiene quince años. Estamos en diciembre

     Algunos barrios de la ciudad se han cubierto de hojas amarillas. Hay muchas y parecen alfombras infantiles

     Se acaban los días sin ver el mar

     Hay un castillo en esta ciudad, su planta es un círculo y se levanta en la montaña del fakir de la que sobresalen puntiagudos pinos

     Cerca del castillo, las casas más altas

     Quizá un monstruo ande suelto por las calles de esta ciudad, girando como peonza y descomponiendo puertas y ventanas. O una legión de ángeles robóticos. Se cree en cualquier cosa

     Se compran periódicos en el aeropuerto y se abandonan en los bares

     ¿Despiste o acatamiento?

     Normas morales rigen el Destino de los habitantes de esta ciudad, aunque ¿cuáles reglas?

     Los niños desaparecen en la montaña del fakir, desaparecen entre las alfombras infantiles de hojas amarillas, desaparecen en las casas más altas y también en la orilla del mar. En esta ciudad cosmopolita, intemporal

     En algunos aviones, de los muchos que despegan o aterrizan aquí, se distribuye prensa gratuita. Lectores de titulares y anuncios por palabras

     Mala suerte es que la peonza te deje sin casa en esta ciudad

     Adinerados rusos y alemanes pasean por el casco viejo pisoteando las hojas amarillas. El pasado

     En los escaparates de esta ciudad la fotografía de la chica desaparecida. Y en algún sitio una colección de miniaturas de porcelana que son gatos -de varias razas- vestidos de nazis, pintados a mano con todo detalle: los uniformes, las gorras, las botas, las armas, las insignias, los galones, la svástica, la doble SS, la calavera

     Se cree en cualquier cosa. En tugurios de esta ciudad se apuestan la verdadera fe y la añoranza de volar

     Naves circulares sobre la Plaza del Obelisco y sobre la Plaza de las Columnas. Las naves no tienen nada que ver con los niños desaparecidos

     Tampoco los anticuarios ni los que portan un paraguas

     En esta ciudad el delito no es delito

     Desde la torre más alta del castillo se contempla la ciudad. En ella están indicados los lugares prohibidos con cruces negras

     La peonza original pudo ser la brasa desprendida de una hoguera donde ardía un endemoniado

     Se quemaba a personas públicamente. En esta ciudad

     Locura y mala suerte
  
     El coleccionista que acaba de comprar los gatos en miniatura vestidos de nazis es un científico que investiga las reglas del azar

    En las casas más altas vive el científico, el editor de periódicos, los anticuarios, los que portan un paraguas negro, los que portan las teas encendidas

    Se ilumina esta ciudad por la noche. Y se oye en la soche el silbido de la peonza

Salvador Alís.

    

    

    

    

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