Fotografías de Salvador Alís. Mallorca. 1989. |
JUGUETES DE AYER Y DE HOY
Nada tuvo que ver que nacieras bajo
el agua,
que tu nombre fuese un río navegable,
que tu risa contagiara al oso panda,
al caballo de madera, a la ardilla, a
la pantera.
En los campos de pizarra de tus
sueños
cobraban vida otras vidas imaginarias,
y en la selva cuadrada de la mesita de
noche
se miraban a los ojos los leones y las
cebras.
Nada tuvo que ver la manzana del
verano,
ni tus manos abiertas, ni el círculo
de tiza.
Cartulinas en el suelo, pies
descalzos,
y en las pinturas: senderos, huellas
felinas,
monstruos inocentes, estrellas,
autorretratos.
Nada tuvo que ver el trayecto hasta
la escuela,
las piedras mojadas, el amanecer en un
barco,
los viajes reales, los imaginarios.
En la página en blanco que tú
encontraste
y en la página en blanco que yo perdí
estaba escrito: juguetes de ayer y de
hoy.
Cada palabra y cada línea
coincidentes,
como si el juego fuera el mismo,
los jugadores distintos y el tiempo no
contara,
suspendido por amor y reglas sin
condiciones.
Nada tuvo que ver la primera
fotografía
ni la última por ahora, ni las que
vendrán vestidas
de pálidos azules y de sutil
horizonte.
Sé que tus dedos de colores las
teñirán,
al rozarlas, de otra vida más amable y
verdadera.
Sé que los años se diluyen en los
años, y espero
que la memoria no los agite sin
matizarlos.
Más fácil la caricia que la
escritura,
más fácil el abrazo, la mirada, la
caja de música.
Letras que en la noche quieren jugar
contigo
porque la niña ya es mujer
y el que escribe quiere ser niño.
Nada tuvo que ver la cereza
encarnada
ni las playas al atardecer,
la bicicleta de tres ruedas, las hojas
verdes,
la figura ausente, la pequeña máscara.
Nada tuvo que ver el rey de los
gatos
adormecido en tu regazo,
la pasta de papel, los sonidos de una
flauta,
el taekwondo, los castillos, el pequeño
hámster.
El alocado vuelo de un pájaro
te iluminó la cara sobre iluminada.
Tú y yo sabemos de qué se habla.
Hablamos sin mentir e inventamos las
palabras.
Vida por vida, alma por alma.
Nada tuvo que ver la sangre ni la
escarcha.
Naciste bajo el agua y yo ¿dónde
estaba?
Detrás de tu columpio, los ojos
cerrados,
concentrado en el oscuro vaivén de mi
destino,
en el tuyo, tan claro y aún furtivo
y sabiendo, tal vez, lo que ahora sé,
lo que sí tuvo que ver y no será
nombrado.
Naciste bajo el agua, sí, ¿pero
quién te nació,
quién quiso que fueras su vida y su
marea?
¿Quién te nombro como un río?
¿Quién en la mañana peinó tus
cabellos dorados?
¿Quién ha vivido por ti y por mí,
quién,
con la determinación de la becasina en
alto vuelo
que sobre el mar no puede detenerse,
todavía nos protege entre sus alas?
Cuando la casa esté vacía y en las
estancias
me busques, veinte años más tarde
o siete años apenas, que no te
sorprendan
los juguetes de entonces, eso cuenta y
no cuenta,
el muñeco roto y el papel pisado.
Tras una ventana que sólo tú
podrás abrir,
ella coserá tus vestidos y yo
dibujaré un gato gordo tendido a tus
pies.
Bien poco es lo que cuenta. Lo
demás, ya lo sabes.
El truco del mago no ha sido
descubierto.
Hoy es tu cumpleaños.
Veintisiete veces te quiero.
Salvador Alís (Para mi hija. 22 y 23 de agosto de 2013.)
Fotografías de Salvador Alís. Mallorca. 1989. |
Yo poco más puedo añadir a esto, criasteis a una persona maravillosa, auténtica, alegre y libre. Una flor de espontaneidad en medio de un bosque oscuro y monótono. Procurare ser el mejor compañero para este largo camino que es la vida. A ti Anduin, sólo decirte que te quiero como eres, jamás te olvides de sonreír por que el mundo se acabaría. Se ese ser tan maravillo que puedes llegar a ser. Felicidades!!
ResponderEliminarY dices que te cuesta escribirnos un poema!!! Precioso!!! Uno así cada año! !
ResponderEliminarLo cierto es que me cuesta escribir sobre personas muy cercanas, con las que me siento emocional y profundamente implicado. Siempre me parece que mis palabras van a resultar cursis, que haré el ridículo. Aunque eso no me pasa conmigo mismo, en absoluto. Tendré que pensar en ello.
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