Francisco Ruiz. Los hechos. Ediciones Garmas. Valencia. Torreta Books. 2004. |
Ayer compré varios libros de segunda mano; entre ellos Dama de Porto Pim de Antonio Tabucchi y Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda. El primer título era desconocido para mí, aunque me atrajo su portada (una marioneta siciliana con forma de sirena) y el grato recuerdo de la única novela de Tabucchi leída hasta la fecha (Nocturno hindú). De Castaneda, sin embargo, conozco la mayoría de sus obras, y Las enseñanzas -en concreto- ya las frecuenté en 1977, justificándose la compra actual en una voluntad de reposición, pues aquel volumen desapareció de mi biblioteca en fecha indeterminada.
Por la noche leí los prólogos de ambos libros, uno del propio Tabucchi y el otro de Octavio Paz. Y los dos me hicieron recordar a un poeta amigo, raro y genial: Francisco Ruiz, del que hoy quiero presentar una breve selección de sus poemas.
En el prólogo a Castaneda, Octavio Paz escribe: "Hace unos años me dijo Henri Michaux: "Yo comencé publicando pequeñas plaquettes de poesía. El tiro era de unos 200 ejemplares. Después subí a 2 mil y ahora he llegado a los 20 mil. La semana pasada un editor me propuso publicar mis libros en una colección que tira 100 mil ejemplares. Rehusé: lo que quiero es regresar a los 200 del principio." Es difícil no simpatizar con Michaux: más vale ser desconocido que mal conocido. La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver." Si estoy en lo cierto (y si no, el autor ya me corregirá), los dos libros de Francisco Ruiz son autoediciones de modesta tirada, y no creo que haya tenido muchos lectores; pero si en algunos ha causado la misma honda impresión que a mí me causó, al igual que Michaux mi amigo puede darse por satisfecho.
Por su parte, Tabucchi cita en su prólogo al anterior prologuista: "Debo a la sugerencia de Octavio Paz de que los poetas carecen de biografía y de que su obra es su biografía, el haberla relatado (la vida de Antero de Quental, excelso e infeliz poeta que midió los abismos del universo y del espíritu humano...) como si se tratase de una vida imaginaria." Y de nuevo aquí tengo que pensar en Francisco Ruiz porque apenas nada sé de él directamente, a excepción de que conocía, cuando yo lo conocí, a Thomas Bernhard, que su caligrafía es suelta y elegante como si la tinta apenas rozara el papel, que pinta pequeños cuadros impresionistas con flores luminosas y limones amarillos, que es bibliotecario en el pequeño pueblo de Valencia donde yo viví durante mi infancia y adolescencia, que su trato es delicado, respetuoso y benigno, y que en el formato de sus libros destaca el blanco y el negro -lo esencial en la escritura.
Todo lo demás -su intimidad y su pensamiento- queda contenido y explicado en su poesía.
Si yo fuera editor, no dudaría en ponerme en contacto con él (fruizcarr@yahoo.es) y proponerle al menos una edición de 200 ejemplares de sus nuevos poemas o de una antología de los ya escritos.
Francisco Ruiz. Samsara. Ediciones Garmas. Valencia. Torreta Books. 2007. |
De Los hechos:
LOS TIEMPOS pasan tan rápidos
que no son ya las fotografías
las que amarillean
por la luz insidiosa
o el oxígeno
o la humedad
o la obscuridad
que acumulan los años
no
son las propias tardes
i las calles
i las ropas
i las ropas
i los discursos
i los libros
i los gustos de ahora mismo
los que aparecen amarillos al minuto
avejentados al instante
es más: son los mismos rostros
de las gentes
los que al momento parecen
viejos daguerrotipos
i la realidad misma se presenta
por la gloria de qué cosa
como una primitiva película
donde todos corren
rara i velozmente
por el salto de los fotogramas
ES tan fácil morir
e la muerte tan dulce
e tan cierta
e tan descansada
Es tan difícil engarzar los latidos
e tan ruinoso
e tan mortal
e tan futil
Que uno elige el trabajo
el sístole
la diástole
el esfuerzo:
la vida
NAO existe a vida
solo existen as provas da vida
nao existe o amor
solo existen as probas da amor
nao existe a morte
solo existen as probas da morte
nao existe o cosmos
solo existen as probas do cosmos
nao existe Europa
solo existen as probas de Europa
nao existes tu
solo existen as provas da nada.
De Samsara:
ASÍ como el lodo
reposa en los oscuros
cimientos del agua.
Así como el limo
resbala en el filo
de las navajas.
Así como las pistolas
sueñan el fuego podrido.
Así como reptan
las orugas en el lecho
mullido da selva.
Así como se trama la ruina
i
la sangre crea
un reguero de espanto
i
los caballos rematan
su folía en una
estampida de establo
i
los relojes se despiden
del tiempo.
Así
bueno
así
LA MUERTE de los
gorilas
tiene algo de narcótico
i gentil
que sorprende a las
muchachas
tiene algo de melancólico
i doloroso
que las hace vibrar
estupendamente
en los lugares
más recónditos
tiene algo de pérfido
e saludable
e humano
que hace sonreír
i gozar
i volver a lo mismo
aunque lo mismo sea
esta ruina
apuntalada por la sicofarmacopea:
era eso
i el aire de ciertos hospitales
ME APOYÓ en el borde
de la mesa:
me fue desabrochando
el cinturón
la porteñuela
descansó
se arrodilló:
i yo miraba
por la ventana del jardín
magníficos
milagrosos
levitando
los colibríes
ALIMÉNTATE de miseria
e tendrás miseria
aliméntate de ruindad
i serás ruin
aliméntate de miedo
e temerás
aliméntate de pornografía
i serás pornógrafo
aliméntate de libertad
e tendrás alas
aliméntate de falacias
i mentirás
aliméntate de odio
e tendrás odio
aliméntate de amor
i serás libre
No hay comentarios:
Publicar un comentario