domingo, 14 de julio de 2013

BERTOLT BRECHT

Bertolt Brecht (1898 - 1956). Poeta y dramaturgo alemán.




TRES POEMAS DE BERTOLT BRECHT


MANERAS DE MATAR

Hay muchas maneras de matar.
Pueden meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte el pan.
No curarte de una enfermedad.
Recluirte en una mala vivienda.
Empujarte hasta el suicidio.
Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.
Llevarte a la guerra, etc…
Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.


PREGUNTAS DE UN OBRERO ANTE UN LIBRO

Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces, ¿quién la volvió a construir otras tantas?
¿En qué casas de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla China, ¿adónde fueron los albañiles? 
Roma la Grande está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? 
Bizancio, tan cantada, ¿tenía sólo palacios para sus habitantes? 
Hasta en la fabulosa Atlántida, la noche en que el mar se la tragaba, 
los amos clamaban pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India. ¿Él sólo?
César venció a los galos. ¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años. ¿Quién la ganó, además de él?
Una victoria en cada página. ¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años. ¿Quién ha pagado sus gastos?


CANCIÓN DE LA RUEDA HIDRÁULICA

Los poemas épicos nos dan noticia de los grandes de este mundo:
suben como astros, como astros caen.
Resulta consolador y conviene saberlo.
Pero para nosotros, los que tenemos que alimentarlos,
siempre ha sido más o menos igual.
Suben y bajan, pero ¿a costa de quién?

Sigue la rueda girando.
Lo que hoy está arriba no seguirá siempre arriba.
Mas para el agua de abajo esto sólo significa
que hay que seguir empujando la rueda.

Tuvimos muchos señores, tuvimos hienas y tigres,
tuvimos águilas y cerdos. Y a todos los alimentamos.

Mejores o peores, era lo mismo:
la bota que nos pisa es siempre una bota.
Ya comprendéis lo que quiero decir:
no cambiar de señores, mejor no tener ninguno.

Sigue la rueda girando.
Lo que hoy está arriba no seguirá siempre arriba.
Mas para el agua de abajo esto sólo significa
que hay que seguir empujando la rueda.

Se embisten brutalmente y pelean por el botín.
Los demás, para ellos, somos tipos avariciosos,
mientras a sí mismos se consideran buena gente.
Sin cesar los vemos enfurecerse y combatir entre sí. 
Tan sólo cuando ya no queremos seguir alimentándolos
se ponen de pronto de acuerdo.

Pero la rueda puede no seguir girando y acabar la farsa divertida
si el agua, por fin, libera su fuerza 
y se entrega a trabajar para ella sola.


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