miércoles, 19 de junio de 2013
CABALLOS Y HELICÓPTEROS
He leído entre fascinado y aterrorizado el artículo de Laura M. Lombraña "La ejecución llega en helicóptero" publicado hace unos días en EL PAÍS (16.06.13).
En Tempe Downs, una amplia zona semi desértica del centro de Australia, y al parecer debido a un periodo de lluvias más generosas que de costumbre, la población de caballos salvajes pudo aumentar considerablemente. Entonces, un organismo gubernamental llamado Consejo General de la Tierra decidió que ese incremento no era sostenible, o admisible, e inició una campaña de exterminio que ha costado la vida a unos 3.000 ejemplares. Para ello, en primer lugar, publicó "imágenes de caballos muriendo de inanición en pleno desierto" y, con el argumento de que no se podía consentir tal sufrimiento, envió a continuación helicópteros con hombres armados para aplicar una especie de eutanasia masiva a los equinos. El relato de las matanzas es estremecedor: el estruendo de los aparatos, el polvo rojo levantado, el pánico de los animales a la carrera, los disparos con fusiles de asalto, la cruel agonía de los que no son acertados en la cabeza, los pájaros carroñeros picoteando sus ojos, la desolación de los potros huérfanos que después serán presa fácil para los depredadores...
No sé por qué, este artículo me ha hecho pensar de inmediato en que imágenes, argumentos y métodos parecidos podrían utilizarse para resolver los problemas de la superpoblación, la pobreza y el hambre de muchos seres humanos. Sólo que en este caso, en lugar de helicópteros tripulados, quizá fuera más conveniente ejecutar con drones.
(Aquí el enlace al texto completo.)
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06/14/actualidad/1371207139_250736.html
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