lunes, 7 de enero de 2019

LA VOZ DE LA VIOLENCIA

LA VOZ DE LA VIOLENCIA

Una vez descorchada la botella de vino blanco llamada La beaume (voz francesa que puede traducirse como "bálsamo"), uno cae en la cuenta de que "Voz" proviene del latín Vox, e inquieto y curioso, alentado por el conocimiento, busca un diccionario para descifrar los significados.

Un diccionario cualquiera, por ejemplo el Esencial de Santillana, dice que violencia es toda "acción o serie de acciones en que se hace uso de la fuerza, particularmente de la fuerza física, con el propósito de destruir una cosa, obligar a alguien a que haga algo contra su voluntad o causarle daño."

Esa fuerza de la que habla el diccionario puede ser por tanto "particularmente física" y puede ser, o manifestarse, de muchas otras formas.

VOX: Voz de los hombres y las mujeres, de los animales. Palabra y grito. La voz de un pueblo, de cosas inanimadas, de la tierra, el mar, el cielo. La voz interior, el derecho a expresar y decir. La voz oculta, la pública, el discurso, el rumor. Música y canción. Poema y contra poema. Poder y autoridad. Revelación.

"La violencia no tiene género" -dice una voz ante la visión de un presentador con chaqueta azul y camisa blanca, el cuello desabotonado, en el marco de títulos como "Cope", "Trece", "El cascabel", "Conexión telefónica" y "Ortega Smith".

El personaje que habla con esa voz es el General Secretario de VOX. Su afirmación es de una extremada simplificación. El todo se toma como axioma para anular sus partes, pues una cosa es la violencia en abstracto y otra muy distinta sus concreciones.

Por supuesto que la violencia puede ser de género, como también lo es de clase, edad, raza, gratuita o interesada, espontánea y meditada, vengativa, cuestión de fe y de fanatismo, ordenada o inducida, religiosa, económica, emocional, sexual, educativa, publicitada... En resumen: la violencia y sus formas son atributos de la vida y de todo aquello que sostiene la vida, la violenta luz del sol.

La violencia es a la ideología lo mismo que la pistola es al miedo. Una Smith & Wesson dicen que lleva Santiago Abascal, el profeta de VOX, el que pretende cambiar tu destino y adjudicarte un futuro más acorde con tu perfil.

La perra de Hitler, una hembra de pastor alemán llamada Blondi, fue tan amada por su líder que éste la suicidó con una cápsula o pastilla de cianuro.

Esta tarde, en sueños, le he preguntado a un enano quién controlaba la oficina; su respuesta es digna de ser subrayada: el "perroladilla".

El perro como símbolo de fidelidad, también de holgazanería. La voz de su amo. Que un perro sea fiel a su amo no causa sorpresa. Si todos los perros de un país votaran a su dueño, poco importaría su carácter, su debilidad mental, su afán de poder, su adoración por las águilas, su voluntad depredadora.

El tal Smith y el tal Abascal, en este orden o al contrario, muestran rostros de acero pulido, como relojes caros, como pistolas que sólo en las grandes ocasiones se disparan.

VOX es un arma bañada en oro, esa pátina que cubre a la victoria y a los vencedores. Cuando dicen "conquista" dicen "violencia"; una violencia abstracta que evitan concretar para eludir la pregunta y, sobre todo, la respuesta.

El bálsamo para una voz que es grito, palabra, idea o convicción, se acaba cuando se piensa.

Una asamblea de gatos decide que la especie humana no sea en adelante su dueña sino su esclava. Los corderos, más inocentes, votan a su lobo para que los vigile. El conejo, que no es cordero ni perro ni gato, levanta las orejas para escuchar a la violencia y salir corriendo.

Una estadística manipulada dice que los votantes de VOX son en su mayoría cazadores, unos de ciervos y otros de moscas. Los ciervos cagan en su bosque; las moscas adoran la mierda.

El "perroladilla" es un animal imaginario -qué duda cabe-, un potencial votante, trabajador ejemplar y padre de familia.

"España primero" dicen los patriotas que jamás se han preguntado qué demonios es la patria.

"Los no nacidos aquí no tienen derecho a pisar este suelo" dicen los que nacieron, accidentalmente como todos, en este lugar y en esta hora.

Cuando la noche del mundo escucha la voz de la noche -su propia voz-, se ríe de las voces, tiempos y lugares, y contempla su palabra escrita deseando olas de indignación.

Cuando dos cantantes mediocres, dos águilas desplumadas, pretenden que su canción sea un éxito de verano, aparece el frío que desautoriza, el clima forzado y su poder desafiante.

A muchos (incluyéndote a ti) les gustaría vivir en un país donde las armas fueran un derecho esencial, una ley de mínimos y máximos, una canonjía, una dote, una prebenda incuestionable.

La palabra, la voz, es un arma de doble filo: describe al que habla igual que al que escucha. En este mundo y en este tiempo, sordera y mudez no eximen de responsabilidad ni al sordo ni al mudo.

Quien pensó en la palabra VOX merece al menos un viaje, un crucero de alegría.

Confiesa el futuro votante que lo maltrataron las novias, las putas, las mujeres en general, las falsas japonesas y las niñas falsamente ingenuas.

Violencia de género inverso: al señor Abascal y al señor Smith los vilipendiaron gatos y conejos, los votaron las moscas.

Esa bala que tiene grabado mi nombre no llegará a su diana. Está cargada de falsedades, pólvora pasada, fuego fatuo. Y, desde luego, pese a quien pese, es nada en su trayectoria.

"La violencia no tiene género" -dicen los nuevos librepensadores. "¿Por qué habría de tenerlo? Las mujeres violan a los hombres, los niños matan a los ancianos, los pobres asaltan a los ricos, los negros se comen a los blancos, cada día se crucifica a los pedófilos y, en todo momento y causa, se califica al político como oportunista.

Si alguien quiere, con cierta autoridad, hablar de violencia, que lea primero a  Hannah Arendt o a Walter Benjamin, que lea a César o a Napoleón, que vaya a las fuentes y no se contente con los desagües y las cañerías.

La eterna maldad de las mujeres. A ellas pertenecen siempre los hijos. Los progenitores son meros subalternos. Mejor una ley contra la violencia intrafamiliar. Mejor una ley que esquive los delitos, los supuestos, los sueños y las verdades.

Porque la religión no mata. Las decisiones económicas de los pequeños y grandes Estados no matan. Ni se mata en nombre de un dios ni un diablo. Por definición es bueno el ser humano.

La violencia contra los animales no es significativa. No importa si se tala un bosque, si desaparece un pez. No importa si escupe un volcán, si tiembla la tierra, si se agita el mar.

Nada que ver tiene la violencia (humana) con los determinantes elementos de la naturaleza.

La voz de VOX no responde preguntas esenciales. Su bandera es rey absoluto y reina de mil pares de zapatos. La eterna maldad de las mujeres; los hijos les pertenecen.

El hijo de un rey tachado de violento no ejercerá violencia sobre los animales; tranquilos pues el elefante y los monos.

Miles de hombres son prostituidos por mafias de mujeres. Asesinas despiadadas matan hombres por placer. Vírgenes y amazonas castran a los machos según la ley. Hombres insignificantes son alejados de su centro. Otras calles más oscuras los acogerán.

Si una mosca convencida vota a la voz que se alza sobre otras voces, lo hace por fidelidad. Pero ese  votante ignora que toda legislación es vinagre y representación. Tus alas y tu zumbido, apenas el ladrido de tu perro fiel. Mis gatas dicen que una voz como ésta ni las conmueve ni las convence, una voz como ésta, pura estrategia para alcanzar el poder.

Ese poder absurdo, sin fundamento, no importa la pistola ni el discurso, ese poder que se pretende absoluto.

Salvador Alís.






















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