lunes, 28 de agosto de 2017

DISCURSO SOBRE EL TERROR

DISCURSO SOBRE EL TERROR


Parece ser que el terrorismo... 
Dicen: "no tenemos miedo". ¿De verdad sienten lo que dicen...? 
Alguien, entrevistado en la calle, aunque de espaldas porque quiere permanecer en el anonimato, afirma que le hubiera dolido más la demolición de La Sagrada Familia, o de un fragmento de La Sagrada Familia, que los dieciséis muertos y los heridos... 
En ninguna de las innumerables informaciones habladas, escritas, dibujadas, fotografiadas o filmadas del acto se esboza siquiera una definición de "terrorismo..." 
No se entiende que los ejecutores son herramientas...
Que el conflicto se da entre ideas distintas... 
Muchos -antes, después y entre tanto- siguen preocupados con el fichaje, el partido, las apuestas..., y ahí radica el problema...
Se ignora la Historia, se deja a un lado (por hermética) la economía; y aunque los chimpancés sean muy habilidosos, filosofar es todavía una actividad que no les incumbe...
El Gran Mono grita a los atacantes: ¡Os perseguiré por los árboles y acabaré con todos...! 
Desde el origen de los tiempos...
El más fuerte ataca por su beneficio al más débil y el más débil se defiende como puede...
No molestes a tu vecino y tu vecino, es de suponer, no le pegará fuego a la puerta de tu casa... 
La paradoja de la relevancia de los muertos, según sean amigos o enemigos, blancos o negros, amos o esclavos, nazis o judíos, judíos o palestinos, aristócratas o plebeyos, ricos o miserables, cristianos o paganos, hombres o mujeres, humanos o animales... 
Los terroristas golpean de nuevo... 
Más de cien botellas de gas butano, 500 kilogramos de acetona, billetes de 500 euros, se alquilan furgonetas, se compran cuchillos... 
Los todopoderosos servicios de inteligencia (mundiales, norteamericanos, europeos, nacionales y comunitarios) contemplando las nubes que pasan... 
Dicen que no hay mezquitas ilegales, secretas, que todas están registradas o dadas de alta en no se sabe qué organismos, archivos y controles... 
El fantasma de un imán se pasea a sus anchas -en la noche- por estrechas calles... 
Políticos fantasmas miran al norte, más preocupados en sus trasvases financieros que en la basura que se acumula en las calles de sus ciudades... 
El portavoz pretende emular la imagen del mártir revolucionario, ¿a quién pretende engañar...? 
Se frotan sus manos doradas los fabricantes de armas, pues cada conflicto es como flor que se abre esparciendo polen amarillo... 
Ningún feudo está a salvo en estos tiempos. Se impone construir nuevos castillos. Los bárbaros están a las puertas... 
Quizá no quieran imponer la cruz y la espada a quienes, tiempo atrás, las impusieron... 
Sólo reclamar el pago de la factura de la guerra, la colonia, el expolio, los millones de barriles que se distrajeron por el camino, la falta de respeto, el golpe de estado, el coste del títere dictador, la reparación del daño causado, certeras bombas que no siempre impactan con la precisión anunciada... 
¿De qué estamos hablando...? 
Se blindan -simbólicamente- algunas plazas y calles peatonales, lugares de concentración social... 
Y al mismo tiempo se repite la letanía: "no tenemos miedo..." 
Si no se tuviera miedo, ¿por qué se iban a blindar las plazas y las calles peatonales...?
Si no se fuera tan ignorante, tan obtuso, ¿cómo podría pensarse que unas cuantas jardineras de hierro fundido, unas decenas de bloques de cemento o unos miles de bolardos, garantizarían la seguridad...? 
Tampoco la "seguridad" ha sido definida...
Algunos muertos tienen garantizado el panteón, las flores, las velas, la estatua de bronce y la bandera gigante que entorpece el libre fluir de los vientos...
Otros muertos no tienen nada, quedan desnudos sobre la hierba, los cascotes o la arena, a la espera del buitre y de la hiena...
Cuando los imbéciles tienen miedo, se unen contra natura... 
El rey, el jefe de gobierno, el aspirante a jefe de gobierno, la alcaldesa, el general, el jefe de la policía central y el jefe de la otra policía, los temerosos creyentes, los lideres de los viejos y los nuevos partidos, los despistados, los voluntariosos, los infiltrados...
No tenemos miedo -dicen...
Pero no piensan, no pueden o no quieren pensar en el miedo ajeno...
Que le pregunten a los ojos de cualquier niño en Siria o Somalía, en Palestina o en la China...
No tenemos miedo -dicen-, olvidando que el miedo ha sustituido a la esperanza...
Es más fácil que tengan miedo los banqueros atrapados en su tela de araña que los que arriesgan su vida en una travesía combinada, desierto y mar, hacia otra vida...
El mal no está en las mentes apenas formadas de jóvenes y adolescentes manipulados por la amargura, que se lanzan y se ofrecen a los brazos abiertos de la muerte...
El mal es patrimonio de octogenarios cabrones que, sabiéndose muertos, pretenden morir contando febriles sus innumerables monedas...
Dejen de fingir una falsa aflicción en este duelo interesado...
Interesa fomentar el terror para presentar ante el imaginario social un enemigo creíble, una amenaza que justifique las medidas y las contramedidas...
Los así llamados extremistas o terroristas islámicos, ¿cuándo nacieron...?
¿Acaso existían antes de las colonias europeas, antes de la implantación de un estado judío con el beneplácito de los vencedores de la segunda guerra...?
Estado que ensanchó sus límites declarando guerras y sembrando el terror..., armado hasta los dientes con el regalo atómico de los vencedores...
¿Se hubieran vuelto tan radicales si los civilizados vampiros occidentales no les hubieran chupado su sangre negra, su petroleo...?
Cristo se elevó en los cielos y Mahoma voló por los aires. ¿Cuál es la diferencia...?
Los estados más poderosos invierten billones en sus programas de defensa (¿y ataque...?). Todo lo imaginable al servicio de un poder apabullante: tecnología extraterreste, satélites, sondas, naves espaciales que van y vienen de la Tierra a la Luna y de la Luna a la Tierra sin descubrir la Luna, mecanismos para controlar el cambio climático, magníficos y soberbios ordenadores (los ojos y las orejas de un dios) para ver y escuchar lo invisible y lo inaudible, telescopios que espían las estrellas, resortes complejos que activan volcanes y terremotos, drones todopoderosos que igual se meten en una alcantarilla que incendian un bosque, nanotecnología aplicada..., y estudios de exterminio que igual pueden aplicarse a insectos como a humanos...
Roma elevó la esclavitud a categoría de mito. Roma creó a Espartaco. Los EEUU crearon al Che. El mundo actual, aquejado de gran soberbia, crea su antídoto...
Aquí se hace necesaria la primera persona...
Ni loco, ni pagado, ni con todos los honores viajaría a ese país de locos...
Vaya por delante que admiro, y mucho, a ciertos actores, directores, guionistas, escritores, cantantes, pintores, etc...
Pero el país en sí, su política y su deriva, me repelen...
Adoro a Sam Peckinpah, a Edgar Allan Poe, a Edwar Hopper, a Marilyn Monroe, a William Burroughs y a tantos otros...
Pero también adoro las pirámides y su incógnita, las puertas de piedra de Petra, a Sezen Aksu y a Cheb Hansi, a Souad Massi, a los azules touaregs y a los espejismos azules...
Nada es mejor que nada. Nada debe imponerse sobre aquello que lo cuestiona...
No siento ningún miedo por el destino de este mundo. Ya lo viví y lo agoté porque todo lo que es se agota y muere. Y puesto que murió o está en trance de morir -este mundo- poco ya me importa...
Me interesan, eso sí, mundos que eclosionan como los globos que un niño -en todo su derecho- sopla hasta reventar...
Estados poderosos y voces que resuenan condenan el terrorismo al igual que yo, en esta calurosa noche de agosto, maldigo (en realidad me cago en la puta madre que los parió) a los insolentes mosquitos que se atreven con mi piel...
A la muerte alguien debería decirle que meta en cintura a sus contables...
Las cifras no se ajustan a los valores...
Aquí mueren diez y allá diez mil. Ni estos son tantos ni aquellos tan pocos...
Por la supervivencia de la humanidad (¿en realidad importa?), que mueran los tontos y que vivan los que lo merezcan...
Yo no pienso defenderme pues el tema me resulta indiferente...
Tanto me da el oro negro como el acerado...
Si debo protegerme me basta la intuición, un poema a destiempo, un arma que no es pero parece...
No creo en dios alguno. No creo en el devenir ni en el flamígero destino...
Hoy (o ayer) ha muerto Tobe Hooper, propagandista del terror...
Las grandes bombas lanzadas desde más allá de las líneas del cielo exhiben en su acero y su aluminio una irreflexiva calavera...
¿Qué tal si las fuerzas de ocupación se retiraran a sus sótanos y sus oscuridades...?
¿Qué tal si el molesto vecino bajará el volumen de su música...?
No te extrañe si, cuando metes tu huesudo dedo y tu sucia uña en mi ojo cansado, hago uso de la tijera...
No te extrañe que venga a mi boca la terrible frase...
Que yo entienda diferente la justicia...
A un rey no se le debe cuestionar por ser afín a otros reyes, jeques o emperadores...
A un rey se le cuestiona por ser rey, hijo de reyes, alto impostor entre impostores...
A su lado no estuvo Paco Ibáñez, estuvo Pablo Iglesias...
Cada uno dirá, cuando se le pregunte, por qué estuvo o no estuvo...
A mí que no me esperen, ni en las Ramblas ni en New York City...
Prefiero la reciente inestabilidad de Ischia o la antigua inestabilidad de Santorini...
Prefiero los gatos a los perros...
En Ibiza me atacaron perros rabiosos obedientes de sus amos...
En ibiza me retó una higuera con su rama propicia para colgar una cuerda...
Pero no, no sucumbí, no cedí al temor ni a la idea...
Aprendí a ocultarme detrás de mis palabras...
Mis palabras no son mis palabras, son de cualquiera que las entienda, que se proponga entenderlas...
En verdad, las palabras importan poco frente a las oraciones...
La razón pierde frente a la fe...
Pero la imaginación deja a la fe en un segundo plano...
Tu dios absoluto y tu banco central son dos hielos que enfrían mi trago...
Me bebo tu absurda realidad y te desafío a que encuentres en mi actitud una fisura...
Al payaso emperador le digo que su país se hizo grande por los esclavos...
A los dioses dorados que compran los tiburones en formol de Damien Hirst o los iconos floridos de Jeff Koons, les digo que equivocan su inversión...
Desde la inverosímil altura del Burj Khalifa, los reyes del desierto se ríen de las postales del terror...
Y los vigías en las torres de los castillos europeos (los norteamericanos jamás han sabido hacerlos) caen aterrorizados ante este silencio...
Nadie dirá lo que realmente piensa, pues el reconocimiento del pensamiento implica la asunción de una responsabilidad no deseada...
Que ciudades europeas sean atacadas, ¡qué desgracia...!
Todos unidos, flores, velas, lágrimas y banderas...
Ni el rey, ni el presidente, ni la alcaldesa...
Ni el filósofo ni el poeta...
Nadie dice lo que piensa...
Porque el pensamiento, cuando es verdadero, es revolucionario...
Entonces cambia, por la razón o la fuerza, el orden establecido...
Tan pesimista soy que no creo nada de lo que digo...
Seguirá el pequeño terror en las calles de las ciudades,
y seguirá el gran terror detrás de las nubes,
como pájaro oportunista y parásito,
dispuesto a caer sobre cualquiera que sienta miedo...
Pero a mí ya nada me asusta, y soy tan optimista que
me río del terror publicitado...
No temo a un miedo diseñado para dar miedo...
Mis dibujos y mis escritos me protegen de esa estúpida amenaza...
Me protege Francis Bacon y Lita Cabellut...
Esas imágenes sobre la muerte y contra la muerte...
Mis amores, mis amigos, mis hermanos, ¿dónde están...?
Mariposas grises y extrañas, las encuentro cada tarde en las escaleras
donde me siento intentando descansar...
El descanso no llega pero la calavera sí...
Cuando el lobo aparece busca a quienes puedan satisfacer su hambre...
Tal vez no quiera matar...
Otras vidas entregan sus almas...
Parece ser que el terrorismo es infantilismo, es rencor, ajuste de cuentas,
amor, ira, odio, convencimiento, idealismo y fe...
Parece ser...
El terror verdadero, el que verdaderamente aterroriza, es el oscuro terror
que seca las raíces y doblega los tallos y convierte
las hojas verdes en amarillas...
Y aquí vuelve a ser necesaria la tercera persona...
Porque todo es al fin y al cabo impersonal...
Mientras una representación del mundo corra o vuele sobre el césped...
Mientras el rey o el bufón del rey campen a sus anchas...
Mientras el nadador nade en la superficie y no se sumerja...
Todo este dolor no puede doler si no duele el dolor esencial...
El dolor que no se sujeta a las condiciones impuestas...
El terror, su máscara fallida, se presenta bajo sones de campana...
Pero no está aquí, pues aquí no se lo espera...
Suena con gran sonido y resonancia...
No se lo espera...
El terror es un invento que ya fue inventado...
Dejen de joder...
La flecha que no incide en su diana se volverá contra sí misma.

Salvador Alís.





















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