domingo, 1 de septiembre de 2013
SYRIAN ATTACK 3
Hoy me he dado cuenta de que Estados Unidos es Dios, o mejor dicho: el gobierno de Estados Unidos, o mejor aún: el gobierno en la sombra del gobierno de Estados Unidos. Poseedor del Ojo Que Todo Lo Ve y de la Oreja Que Todo Lo Oye, todopoderoso y omnipresente, conoce y controla hasta los más imperceptibles de nuestros movimientos, hasta nuestros pensamientos más secretos. Nos concede el libre albedrío y después nos premia o nos castiga (más bien lo segundo) de acuerdo a nuestros actos -en relación a sus Mandamientos, a saber:
1. Amarás al dólar sobre todas las cosas.
2. No dirás el nombre de los United States of America en vano.
3. Santificarás el Independence Day.
4. Honrarás a los Padres de la Patria.
5. No matarás a ciudadanos norteamericanos.
6. No cometerás actos terroristas.
7. No robarás a quien te roba.
8. No dirás la verdad.
9. No consentirás pensamientos propios ni críticos.
10. No codiciarás la libertad.
Este Dios político e iracundo, que permanentemente nos vigila, nos deja hacer o deshacer a nuestro antojo, pero a continuación envía sus rayos y truenos.
El portavoz o el vocero de Dios (del gobierno en la sombra del gobierno), John Kerry, ha presentado las pruebas del gran delito, desviación o pecado de Bachar el Asad y su régimen. Al parecer han incumplido el 6º mandamiento. El concepto de "terrorismo" da mucho juego; lo mismo sirve para acusar a quién supuestamente gasea y mata a 1.429 personas (de los cuales 426 eran niños) que a quien filtra documentos clasificados o denuncia un programa de espionaje masivo. Y más aún: si usted ha ido un par de veces de vacaciones a países árabes, si a usted le gusta escuchar canciones de Cheikha Rimitti o leer poemas de Abdul Rahman Al Abnudy, sin más, usted ya es -ante los ojos de Dios- sospechoso de terrorismo. Y no digamos si tiene un blog y, en su blog, se le ocurre publicar una entrevista con Ahmadineyad.
Pero, en fin, a lo que vamos. Resulta que, según el vocero John Kerry, el presidente Obama y su cohorte de asesores y jefes militares sabían de antemano que el régimen sirio proyectaba emplear armas químicas contra los rebeldes y población civil. "Tres días antes del ataque, según los datos del gobierno norteamericano, personal del régimen sirio especializado en armas químicas estuvo en las áreas que serían atacadas para hacer los preparativos necesarios". El Ojo Que Todo Lo Ve dice que dispone de abrumadoras pruebas: fotos, vídeos, conversaciones de funcionarios del régimen, imágenes de satélite, declaraciones de testigos, informes médicos y de organizaciones no gubernamentales, datos del servicio de espionaje, mapas, etcétera. Parecen tan seguros y enterados de lo que afirman que da la sensación de que son ellos los que prepararon el ataque. O al menos que sabían perfectamente lo que iba a suceder y no hicieron nada por impedirlo. Algo aquí resulta incongruente, pues las pruebas se refieren tanto al análisis posterior, como al momento del suceso, como a sus antecedentes.
Otros antecedentes, los 100.000 muertos previos en Siria, así como masacres e injusticias múltiples en otros muchos países no han merecido la misma atención. Como si todo tuviera que ajustarse a un plan predeterminado. Algunas pruebas, por preservar la seguridad nacional, no se muestran. Y los designios de Dios son inescrutables.
Con la excusa del posible uso de armas de destrucción masiva (inexistentes) se invadió Irak. Y con la excusa de las armas químicas (que posiblemente sí se hayan usado) se quiere castigar -por el momento- a Siria. El problema, lo que habría que saber, la gran prueba final, es quién las ha puesto allí y quién las ha activado y lanzado contra la población. Con los antecedentes de este Dios al que nunca le ha importado mentir y manipular con tal de conseguir sus objetivos, su credibilidad es más que cuestionable.
Hay muchas cosas que podrían haberse hecho para impedir la escalada de violencia actual en Siria. Diplomacia, diálogo, intervenciones de personalidades en pro de la paz, visitas y actuaciones directas de presidentes de gobierno, miembros destacados de la cultura, premios nobel, el Papa o el Dalai Lama o el mismo Mahoma reencarnado, medidas de presión, embargos, abstención o prohibición a todos los países con intereses en la zona de vender armas..., cualquier recurso antes que lo que ahora se quiere intentar.
No se acaba con una guerra con otra guerra. Y aunque los gobiernos (y la prensa) occidentales no quieran utilizar esa expresión, si Estados Unidos y algún que otro aliado comienzan a bombardear Siria, se tratará -sin más eufemismos- de una GUERRA con todas sus letras escritas con la tinta que se obtiene, en estos casos, de la sangre de muchas víctimas inocentes.
Espero que Obama cambie de idea, que la consulta al Congreso frene su proyecto de agresión, que el decepcionante François Hollande (otro Aznar adulando al amigo americano) no se meta donde no le llaman, que impere el sentido común y la dignidad. Pero, la verdad, no tengo muchas esperanzas.
Al final, como decía Elias Canetti, cuanto más conozco a las personas, más admiro a los animales.
(SYRIAN ATTACK 1, 2 y 3. Escrito por Salvador Alís.)
(Por mi parte no hay ningún problema en que éste u otros escritos personales se citen, copien, envíen, etcétera, aunque agradecería que se citara el nombre del autor y su procedencia.)
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Y como en todas las cosas son los más débiles que sufren del juego infernal de los potentes
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo,lo has expuesto con mucho acierto. estoy muy orgulloso por tenerme como un amigo tuyo.
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