miércoles, 11 de octubre de 2017

AUTO CENSURA

AUTO CENSURA

A veces en la noche, cuando la noche importa más que el día,
me dejo llevar por pequeñas olas sin importancia,
desde mi playa tranquila y amarilla hasta más allá de la costa
donde flota agitada una botella a la deriva.

Entonces me lanzo sin precaución al agua
y avanzo torpemente braceando hasta el lugar de la cita.
Espero allí a que la dueña del desnudo de su orilla,
aquella que me invitó a lanzarme, me alcance.

Pero no, no llega hasta mí ni cuando dijo que llegaría ni ahora,
mientras la luna llena desata varios botones de su camisa
y su luz me hace ver que aquí estoy solo en este mar,
que la noche pasa y que no se me permite abrir la boca.

Guardo para otra ocasión propicia lo que pienso de veras,
me muerdo la lengua con tal de no ahogarme,
me vuelvo de espaldas para no hundirme, y giro la cabeza
para acortar la distancia.

De la playa que me voy nada recuerdo, pero deseo volver
y recuperar mi fuego encendido, mi castillo de arena.
A veces en la noche, cuando la noche importa más que el día,
la luz de su faro me apunta con su luz.

Todo me dice "calla" pero en mis cuerdas vocales vibra
un viento que no se somete, una voz que se dice mía
y que juega con las palabras y su distancia. Te pareces a ella
y no lo eres. Dices lo que piensas y al tiempo lo niegas.

Cambian los tiempos, su trayectoria la historia,
ideas veloces en vagones encerradas atraviesan la noche
por sus túneles donde todo resuena y el ruido se crece,
en esos vagones tú y yo y el tiempo que no acaba.

Niego todo lo que dije hasta ayer, y de ayer a hoy digo
lo que no dije, lo que tú y yo sabemos, lo que me prohíbo decir,
lo que a fuerza de ser dicho mil veces es arrastrado por las olas
hasta ese lugar donde la luna desabrocha su camisa.

Donde la luna muestra sus senos blancos y la botella
a la deriva llega a tus manos, en ese lugar del encuentro
y el desencuentro, te lavas las manos con agua salada
y no callas cuando callas porque en el fondo todo habla.

Si tú no hablas, lo hacen las flores. Si tú no dices,
algo que no pertenece a tu vida lo dirá por ti.
Este manuscrito negado y aplazado dirá con su tinta gastada
que toda auto censura es una cobardía.

Que el cobarde escucha y no responde es un hecho,
que el actuante tampoco sabe escuchar ni mucho menos
discernir, y de ahí su propia negación, es un hecho.
Si niego lo que dije es por esto.

Tan seguro estoy de lo que digo que no me escucho.
Sordo pero no mudo, niego lo que dije para pensarlo mejor.
En realidad no me importa lo que dije, lo que digo,
lo que niego. Es tan solo un juego de palabras.

La música en la noche dice lo que dice, se entiende o no
se entiende. No importa. Si por no ahogarse se cierra la boca,
se sopla, se escupe, no importa. Ella se quedó esperando
en la orilla, desnuda en la sombra y al tiempo vestida.

Disfrazada de sí, la sombra de tu voz dice lo que dice,
y luego calla, se aleja nadando, se interna en su mar.
Vidas de mi vida me acompañan pero no sé
cómo decirlas. Siempre al fin la noche se sale con la suya.

Salvador Alís.






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