ADAPTACIÓN
Si estás lejos del mar, busca un río; si no encuentras el río, busca una charca;
si no hay charca ni río ni mar, busca la fuente; si no hay fuente ni agua,
siempre queda el vino; no te lavarás por fuera, te lavarás por dentro,
algún resto no deseado lo consumirá el alcohol,
y las lágrimas del vino secarán tus lágrimas.
Desnúdate si tienes calor; si tienes frío, busca abrigo.
Si no hay fuego, busca el hueco reciente donde cualquier animal
haya dejado su huella. Si tienes miedo, busca un árbol.
Da un paso si el horizonte te parece lejano, inalcanzable.
Si no hay un solo cuerpo real a tu lado,
busca en las infinitas formas de la pornografía.
Si te parece irreal la política y otras causas de gestión,
la vida cotidiana es el antídoto: el café en la terraza frente al mercado,
el desfile de payasos, variadas venus y paramilitares,
los descerebrados sin cabeza y con capucha, los ciclistas sin luces,
los creyentes, los parados, los borrachos a las doce del mediodía.
Si tu gato, de repente, intenta suicidarse, habla con él
pero eleva la valla de seguridad. Si el aire deja de ser transparente
y se vuelve gris, busca la montaña; si la tierra se enfurece y se agita,
busca la montaña; si tu casa se ve amenazada, busca la montaña.
Si no encuentras esa altura natural, busca el castillo;
si el castillo ya no existe, ten un sueño.
Si no puedes soñar, que no te falten somníferos.
Cambia el lavavajillas si el que tienes no se cierra;
cambia el ordenador si el que usas no se abre;
cambia la lavadora por si acaso.
Y cambia de corazón si sospechas que el tuyo late mal,
a un ritmo inusual, nada armónico, o muy lento o muy deprisa.
Si todo se confabula para herirte, saca las uñas;
si los nervios no te dejan en paz, adopta la postura del gato que duerme
con las orejas atentas. Si el pasado te incomoda, ve hacia el futuro;
si la hipocresía te incomoda, di lo que piensas; si el oro te falta,
no te inquietes: el oro no alimenta ni enciende la luz ni prende el gas
ni ofrece noticias. Se vive con más, pero se puede vivir con menos.
Adaptarse es posible, cuando no hay otra alternativa.
La vida simple no es una renuncia; tampoco es una utopía.
La entera evolución humana es el resultado de un proceso
de adaptación constante. Eres lo que eres porque han sabido escoger,
en cada momento preciso, el mejor camino, la solución más simple.
A pesar de ello, no te asombre descubrir que tu elección necesaria
será vista por otros como inexplicable complejidad.
El mar, con sus mareas y profundidades, no es cosa fácil;
pero en el mar, y con el mar, todo se funda y todo comienza,
pues hay en ese mar, en su lecho, perlas logradas por el tiempo,
esferas lentas y pulidas, brillos y secretos.
Salvador Alís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario