martes, 29 de septiembre de 2015

DESPUÉS DE TODO

DESPUÉS DE TODO

     
     Que el Mundo se llama Imperio y pertenece a Craso, es cosa sabida
desde antaño. Lo que sorprende no es esto. Sorprende que Craso
haya guardado espada y escudo y siga venciendo al esclavo porque el esclavo
teme a la muerte y, después de todo, prefiere la jaula a la aventura.

     Vale más un segundo, en cuanto a la verdad, de la vida de cualquiera de mis gatas
que todas vuestras apuestas, palabrerías, juramentos y conclusiones.
Después de todo, una gata de algodón sobre las piernas, a las claras busca su interés
y no, de ninguna manera, fingir inusual desprendimiento ni apatía.
     Entre pensar y hacer, no conviene nunca correr. Mas la sentencia se anula
si falta el sueño y la ira se acumula y la presión no se soporta. Hoy estallé
como globo hinchado por el viento, como gota incapaz del agua, como nube negra
y granizo sobre el cristal. Después de todo, no soy quien.
     Pasos equivocados, pero pasos, y la escalera rota y el ático sin techo,
el cielo sin azul, la noche sobreiluminada. Después de todo, subir y bajar es lo mismo,
no depende del sentido ni del esfuerzo, la gravedad es soberana.
Después de todo, uno se cansa de todo.
     Tú, y tú también, y el otro, y vosotros y los demás, me debeís tiempo y oscuridad.
El veneno de vuestra luz en los colmillos paralelos que muerden mi antebrazo.
Ni el rayo ni el estigma, ni el oro fundido ni la suerte echada. Nada me importa.
Después de todo, según lo dicho, nada nos pertenece, todo es prestado.
     Que el Mundo se llama Imperio y pertenece a Craso, es cosa sabida
desde antaño. Lo que sorprende no es esto. Sorprende que Craso
haya guardado espada y escudo y siga venciendo al esclavo porque el esclavo
teme a la muerte y, después de todo, prefiere la jaula a la aventura.

Salvador Alís.
    

    

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