EL CAMINO INFINITO
Mientras el camino es largo
se anda tranquilo, lentamente y con medida.
Se contemplan los paisajes
a uno y otro lado,
al frente lo que se espera,
detrás lo que se olvida.
Mas ante la bifurcación surge la duda,
y uno se detiene y se pregunta
a dónde va pero no de dónde viene.
Se elige por instinto la piedra o el olivo,
la palmera flexible, el quebradizo hielo,
el sol que cae tras la montaña,
el mar que más abajo se oscurece.
Bajo una sombra repentina
se guarda uno de las sombras,
pero poco después amanece y el camino sigue.
El primer obstáculo es salvado.
De esta forma, cada vez que el camino se abre,
un nudo tiene que ser desatado.
Cuando el camino es corto
se anda con otra inquietud, otra perseverancia,
y se acelera el paso.
Salvador Alís.
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