SOBRE LA FELICIDAD
Oscuros lobos se muestran en los linderos del bosque.
Ellos dicen que tienen hambre. Yo tengo hambre.
De esa oposición nace una estrella.
Su corazón huye de mí. A saber dónde estoy yo,
dónde su corazón. Ella dice que no me ha olvidado,
pero su luz no me deja en paz.
El señor X sale de un banco mientras el furgón blindado...
El señor X viste su traje de camuflaje:
pantalón gris, chaqueta gris, camisa blanca y corbata gris.
En la apreciación de sus colores radica tu felicidad.
Búhos con los ojos muy abiertos te vigilan.
Enciendes una antorcha y los búhos parpadean,
en eso consiste tu felicidad.
El señor Y entra en su oficina blindada. El terremoto sacude
los pilares de sus archivos. Él no tiene hambre,
yo tampoco.
Tiempo al tiempo. El señor W aprende alemán
porque piensa que sin el dominio de esa gran lengua
nada se puede aprender. La cuestión esencial es el idioma,
por qué éste y no otro, por qué ahora y no después.
El libro que encuentras hoy, el libro escondido
en la cueva donde te adentras. En el fondo de esa cueva:
tu felicidad. Dice ella que nada es para mañana.
Dice que ya es tarde para todo, dice que nunca más.
Sobre las baldosas de la cocina, tres gatas
imponen su presencia. No creer en nada es imperativo.
Cuento con esa ventaja. Repetición sobre repetición.
Vimos juntos el anochecer: esa luna deforme,
esa duplicación de estrellas.
Salvador Alis.
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