domingo, 29 de diciembre de 2013

RENUNCIAR AL ESPECTRO

RENUNCIAR AL ESPECTRO

     Cada frase no puede justificar la anterior. La acompaña en una progresión incómoda

     El hombre que escribe se retira a un segundo plano. Una voz que no es su voz declama cada frase

     Se oculta el hombre que escribe tras un foco que lo anula y lo hace salir del espacio bidimensional de lectura acelerada

     De nuevo proyectando en el tiempo. Imágenes que lanzar

     De nuevo entrar y salir, permanecer inmóvil, temblar y sufrir convulsiones

     Se toma de un sólo trago la debilidad

     Y la fuerza se queda en los huesos

     La figura hecha de líneas blancas

     Se avanza así, sin justificar nada

     Lo que escribe el hombre que escribe sin descanso en el cuaderno amarillo

     Cada frase

     Cada repetición de cada frase

     Cada viaje debido

     Cada deuda no pagada

     Tras el foco que lo aparta de las dos dimensiones

     Esa figura hecha de líneas blancas, esa figura presente en sucesivas habitaciones, esa figura futura, esa figura que no deja de moverse. Los ojos ausentes de esa figura

     El espectro de los huesos se muestra al hombre que escribe y está oculto

     La voz de ¿quién? dice declama escribe

     Todo puede ser tan claro. Que esta voz -que no es la voz del hombre que escribe- diga que todo puede ser tan claro

     Como la secuencia improvisada y alterada de las frases

Salvador Alís.

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