Land Art es una forma de arte expandido (que sobrepasa los límites de un soporte limitado) que consiste, básicamente, en utilizar materiales provenientes de la naturaleza, modificando apenas su consistencia y estructura y jugando más bien con su disposición y combinación, y situando dichos materiales en una relación especial con el entorno paisajístico, con la finalidad de crear obras de arte exteriores que, en una segunda, prolongada e incierta fase, serán modificadas por el paso del tiempo, la erosión, las condiciones climáticas o la incidencia de otros seres vivos, humanos, animales o vegetales. Algunas veces, estas propuestas artísticas cambian de manera sustancial e incluso desaparecen, y queda de ellas, si los autores (o, casualmente, otras personas) previeron la posibilidad de la transformación, el deterioro o la esfumación, tan sólo sus imágenes fotografiadas. Como breve catálogo ejemplar de esos materiales: piedras, arena, nubes, agua, hielo, árboles, flores, fuego y humo.
Puesto que empecé a fumar regularmente a los 7 años (el negocio de mi padre fue la venta de tabaco, libros y objetos de escritorio) y tengo ahora 57, y después de realizar unos simples cálculos considerando los años que llevo fumando (50), la cantidad aproximada de cigarrillos consumidos diariamente (2 paquetes y medio), la longitud -descontando la boquilla- de cada cigarrillo (4,7 cm) y el peso (0,67 g por unidad), he llegado a la conclusión de que, a lo largo de mi vida, me he fumado 42 kilómetros y 887 metros de tabaco en una hipotética línea continua y cilíndrica de 8 mm de espesor y unos 611 kg de peso.
Para recorrer esa distancia andando hubiera tardado sólamente 8 horas y media.
Una magnifica obra de Land Art que sólo cabe en mi imaginación.
(Próximamente: otros cálculos sobre las copas de vino bebidas, los libros leídos, las palabras escritas, los escalones subidos y bajados, las horas dedicadas al sueño y a la vigilia, el dinero derrochado, las máscaras fabricadas, las experiencias sexuales, las ciudades vistas, los amaneceres no contemplados, las mentiras dichas, etc.).
Hola Salva, me parece muy curioso este tema, nunca nos paramos a meditar o calcular sobre cosas tan banales y cotidianas. Estaré atento a tu juego de cifras y datos y de paso te propongo dos temas más sobre los que calcular : cuero que has manipulado a lo largo de tu vida y libros que has devorado. Un saludo
ResponderEliminarBueno, repasando tu entrada veo que ya habías comentado que también calcularías los libros leídos, así que te propondré sólo la cantidad de cuero manipulado. Un saludo
ResponderEliminarY el número de fotos de gatos. Este dará la vuelta a la tierra por lo menos !!!
ResponderEliminarIgnatius: Sin duda haré un cálculo de los libros léidos, y tal vez elabore una lista de los 100 que más me gustaron y de los 10 esenciales que tendré junto a mí en el último momento. En cuanto al cuero, creo que han pasado por mis manos los pellejos de al menos 600 vacas, pero ese es otro tema.
ResponderEliminardanand: Sé que es una exageración, pero en mi opinión no hay otro animal más bello que el gato. Demasiadas cosas no bellas hemos tenido ya que contemplar. Déjame pues que tome fotos de cualquier gato que me salga al paso; me alegran la vista y el corazón.