Aunque sólo nos hemos visto dos veces (en su presentación en la librería Literanta; y en la tarde del 23 de abril, cuando firmamos ejemplares de nuestros libros en El Corte Inglés), considero a Octavio Cortés un buen amigo, al menos un amigo literario, porque comparto al cien x cien su sentido del humor y reconozco su inteligente ironía.
Hoy quiero recomendar su inclasificable obra Cómo apedrear a un escritor de éxito, publicada por la editorial Sloper. Y para ello, además de la portada, copiaré a continuación uno de sus capítulos, el nº 20:
"CÓMO DEMOSTRAR ANTE UN AUDITORIO RECEPTIVO QUE LA NATURALEZA FOMENTA LA IDIOTEZ
Usted sólo necesita seguir un sencillo método en seis pasos:
1. Encuentre un auditorio receptivo.
2. Exponga a su auditorio su tesis principal, a saber, que no hay idiotez más grande que el optimismo y que sin optimismo (y, por tanto, sin idiotez) el entero sistema de selección natural y evolución se habría venido abajo desde un principio.
3. Calme los rumores de desaprobación con un gesto magnánimo, muy masculino, de petición de paciencia.
4. Proponga a su auditorio la siguiente parábola: si usted hubiera sido criado en un terreno infestado de leones, y hubiera visto a sus padres, sus hermanos, sus primos, sus allegados de todo tipo, siendo devorados sistemáticamente por los leones, ¿saldría usted a brincar por los pastos en las alegres mañanas de primavera? No. Desde luego que no. Pues bien, eso es lo que hacen los impalas, los antílopes y demás carne de cañon en la sabana africana. Sobrevaloran la información positiva: oh, qué hermoso sol, salgamos a brincar por los pastos. La información negativa (matanzas pasadas, masacres despiadadas) es infravalorada. Se impone el optimismo, i.e., la idiotez, y la vida sigue su curso.
5. Aproveche el lapso en el que su auditorio se halle en plena digestión del argumento anterior para, sin tregua, dar un paso más, aplicando la lógica antes expuesta a la evolución humana. ¿Fue buena idea bajar del árbol? Consideremos a los monos, quienes, para empezar, no sólo no son acechados por ningún depredador, sino que además poseen cuatro manos. Su vida consiste en columpiarse (a una, dos o tres manos), masturbarse (a una, dos o tres manos), despiojarse en parejas (a una, dos o tres manos) y dedicarse, después de las comidas, a lanzarse piedrecitas entre ellos o a los vecinos de otras especies, por el puro placer de molestar un poco. En cambio, la vida después de bajar del árbol consistió en transitar un mundo repleto de víboras, alacranes, hienas y demás indeseables, vagar por inacabables llanuras comiendo ratas de los humedales y pajarillos muertos, hasta enloquecer de desesperación y comenzar a fundar ciudades, acuñar moneda, envenenarse con lenguaje religioso y paranoias políticas y alcanzar un apogeo consistente en quemar bosques, saturar el aire de pesticidas y derretir glaciares para producir cosas como la Barbie Tenista, la salsa barbacoa de dos colores y los zapatos de claqué. ¿Todo eso por qué? Porque algún mono optimista, ebrio de pensamiento positivo y empuje emprendedor, se lanzó en pos de nuevos horizontes. "Caminemos erguidos. Evolucionemos. Dejemos la sabana y habitemos sitios como Groenlandia o las negras riberas del Rin." Y nos convirtió en los Reyes de la Creación.
6. Guarde usted unos segundos de silencio y despídase con una inclinación."
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