lunes, 27 de julio de 2015

TOM WAITS / OL ´55

CONTRATODO

CONTRATODO

     Contra todo afianzo mis dos pies en el suelo inestable del presente,
julio de 2015, sobrepasando en días y noches temperaturas medias, sin ánimo,
sin fuerzas, sin motivación alguna para incorporarme desde la somnolencia
hasta la vida que no me vive y se vive a mi pesar, a mis espaldas.
     Contra todo, contra el parásito frustrado que no ha conseguido, jamás,
meterse en mi cuerpo, dirigir mis nervios, imponer su imagen.
     Contra todo, contra el gimnasta y el nadador, el bien dotado
y el corto de estatura y el que equipara su cerebro con una cáscara de nuez.
     Contra todo, las ilusiones perdidas, los proyectos paralizados, los ojos
expectantes, contra el espectador al fondo y el que ocupa la primera fila.

    Contra todo escribo y callo, convoco y desaparezco, me embriago,
no duermo, recuerdo y discuto a voces, sin entender por qué
una hoja ante las hojas, una gota de agua ante el arroyo, ante una cascada,
una luz entre los árboles y las ramas, una luz en mis ojos y no en el paisaje.
     Contra todo, contra las falsas ilusiones y el ligero teatro del verano,
contra la idea del fin y la idea de la vueltra atrás, contra el enano.
     Contra el intruso sin estatura, el pequeño anormal que rema contra corriente,
contra la luz, contra el ciego, contra la razón, contra el irracional, su voz y su incansable
repetición y su dos más dos suman cinco. Contra todo.

Salvador Alís.

KRAFTWERK - DAS MODEL

PEQUEÑOS INCONVENIENTES SIN IMPORTANCIA

PEQUEÑOS INCONVENIENTES SIN IMPORTANCIA

     Que me enterraban vivo en un ataud sellado bajo tierra, eso ya lo imaginé
a los seis o siete años. Tanto ha llovido desde entonces.
     Que un animal salvaje y hambriento me devoraba en el barranco,
en una tarde cualquiera de verano, eso también lo he pensado.
     Que tú me mires a los ojos ni me importa ni me altera. Te podrá parecer
que evito tu mirada por incomodidad o desprecio. Piensa lo que quieras.
En realidad, tu mirada es como la araña negra que me espera en su tela
mientras yo preparo el lanzallamas.
     Mañana nos veremos las caras. La mía marcada por los látigos del nervio;
la tuya escondida bajo las barbas del disimulo. No te temo, aprendiz de agorero;
no temo tus salarios vendidos ni tu estrategia de escarabajo pelotero
mientras acumulas veneno y mercurio en tus pupilas.
     Que somos enemigos irreconciliables no lo dudes, no lo dudo.
Tú convives con los cerdos, en esta isla decadente y condenada sin remedio.
Yo trato de huir, escapar, evadirme de esta trampa
donde aún no he desembarcado y donde el ataud, el animal salvaje
y el hombre araña me esperan en temible celada, del otro lado.
     Si me canso, si me harto, si no me dejas dormir tranquilo, si apareces
como mosca molesta en el horizonte, piensa que hace mucho que sé
cazar moscas y también murciélagos, que no me asusta la cueva
ni el acantilado, que cualquier día, cualquier noche, te espero en una esquina
y te arranco los ojos y las alas. Y después me voy. 

Salvador Alís.
     

lunes, 20 de julio de 2015

LILA DOWNS / TU CARCEL

TERAPIA PARA (SOBRE) VIVIR

Hace un par de días, sintiéndome agobiado por pensamientos impuestos,
por un vértigo y una desazón mental cuanto menos alarmantes,
por la falta de sueño y de aire y de imágenes claras y tranquilas, decidí comprar
algún libro con la idea de leer en la cama y derivar mi mente
hacia otros lugares, menos complicados y penosos, donde relajarme.

Elegí bien, según me aparece ahora: treinta euros por la doble terapia o medicina:
Elogio del gato de Stéphanie Hochet
y de César Aira Las curas milagrosas del Doctor Aira.
En citas y comentarios me extenderé más tarde. Puede ser. Por el momento, la lectura
evoca el pasado y anticipa el futuro.

A cada contratiempo, un cigarrillo imaginario y una real copa de vino blanco.
Alcoholizado por las artimañas del devenir más inmediato,
si de algo no prescindo, si no duermo, si me enfado y hablo en voz alta
y en voz baja, y apuro hasta el amanecer el último trago, todo se debe a nada,
una falsa herencia de nervios del padre y temores de la madre.

Esa herencia para jugar al gran juego: el rostro marcado, el instinto
en los nudillos. Dirá Hochet que la caricia, que la garra. Dirá César Aira que
"Lo importante es el momento justo: el hombre providencial debe aparecer entonces,
ni un minuto antes ni uno después."

Y de repente, un poeta desconocido y ezquizofrénico, irrumpe con fuerza
en este discurso y nos dice la perfección del amor
(si le arrebatamos un verso y modificamos, levemente, la estructura),
para después arrojarse desde un quinto piso y morir aplastado contra la realidad:

"Ríes bajo la tímida luz del ocaso
Saciados ya todos tus apetitos
Junto al resguardo de una compra
De alimentos, nostalgias, colores.
Imposible imaginar el local
Para tal algarabía.
No muy lejos un cormorán planea
sobre un mar casi negro
Y me dices: ¿nos vamos ya?
Y yo que estaba en tu seno
Como un hijo, que estaba en el ayer
Y en el mañana, mas no en el hoy
Ni en el ahora
Regreso a donde no puedo imaginar
Y asiento como si fingiese escucharte.
Tengo todos los sentidos
amaestrados (para ti)."

Valentín Chacártegui Sullivan.



viernes, 17 de julio de 2015

YORGOS SEFERIS

PAPEL EN BLANCO

"El papel blanco firme espejo
devuelve sólo lo que fuiste.

El papel blanco te habla con tu voz,
tu propia voz
no aquella que te gusta;
tu música es la vida
esa que has malgastado.

Tal vez la vuelvas a ganar si quieres
si te atas a esa cosa indiferente
que te lleva de nuevo
al punto de partida.

Has viajado y has visto muchos soles y lunas
has tocado a los muertos y a los vivos
has llegado a sentir el dolor del muchacho
y el llanto de la mujer
el enojo del niño aún inmaduro-
lo que has sentido se derrumba
si no muestras confianza en su vacío.

Quizá encuentres allí lo que viste perderse;
el brote de la juventud, el hundimiento justo de los años.

Tu vida es lo que has dado
ese vacío es lo que has dado
el papel blanco."
 
Yorgos Seferis.