PRIMO LEVI / NOTAS DE LECTURA
Hoy he visto en televisión imágenes de un campo de refugiados en la frontera entre Grecia y Macedonia. Creo que ese campo o zona se conoce como Idomeni. Allí malviven, bajo precarias tiendas de campaña, sobre el barro, con el frío, 15 ò 20 mil personas, de las cuales un tercio o un cuarto son niños, que se fueron de sus hogares bombardeados por todo tipo de calamidades en busca de un mundo mejor. Pero ese mundo mejor, nuestro mundo, no atiende llamadas y ha cerrado las puertas. Esto me ha recordado un fragmento de lectura a la vez nuevo y antiguo, porque fue leído hace tanto tiempo y permanecía agazapado en la memoria que ha ido construyendo mi carácter, y porque recientemente volvió a sorprenderme y me resultó tan actual como sólo las reflexiones verdaderas lo son. Este campo no es por desgracia el único, ni el más grande, ni el peor, ni el primero ni -me temo- el último, pero lo destaco como ejemplo de tantos otros. El fragmento que quiero citar proviene de la edición en castellano de Si esto es un hombre, de Primo Levi (El Aleph Editores, 2008), de su presentación. Y dice: " Habrá muchos individuos o pueblos que piensen, más o menos conscientemente, que <<todo extranjero es un enemigo>>. En la mayoría de los casos esta convicción yace en el fondo de las almas como una infección latente; se manifiesta sólo en actos intermitentes e incoordinados, y no está en el origen de un sistema de pensamiento. Pero cuando éste llega, cuando el dogma inexpresado se convierte en la premisa mayor de un silogismo, entonces, al final de la cadena está el Lager. Él es producto de un concepto del mundo llevado a sus últimas consecuencias con una coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan. La historia de los campos de destrucción debería ser entendida por todos como una siniestra señal de peligro." El libro fue escrito por Levi (y publicado por primera vez en italiano por Da Silva, en Turín, en 1947 y con un dibujo de Goya en la portada). Pero ignoro si la presentación es de la misma época o fue añadida después. Se refiere, claro está, a su experiencia como deportado y esclavo en Auschwitz. Y por supuesto que hay diferencias entre un campo de refugiados y un campo de concentración y/o exterminio, pero también hay similitudes y eso es lo preocupante. La palabra Lager, en alemán, significa, "almacén, depósito, campamento". ¿Qué son hoy en día los campos en Europa o a las puertas de Europa sino depósitos donde se almacenan seres humanos inútiles, inservibles, improductivos o deteriorados?. No importa si esos miles de personas de ese campo concreto han llegado a ese lugar por sus propios medios, a diferencia de los que fueron conducidos contra su voluntad en camiones y trenes de la muerte. Cada vez que me siento feliz, cada vez que por algún motivo tengo ganas de reír -y confieso que algunas veces me pasa-, al momento me invade una cierta sensación de culpabilidad. ¿Por que extraño azar yo estoy aquí y ellos allá? ¿Y qué hago o qué puedo hacer y no hago para evitar que ellos estén allá? No importa el cómo ni el por qué; lo que importa es el campo en sí mismo, esa zona excluida, separada, vallada, donde se hacinan, enferman y son desposeídos lenta y laboriosamente (leyes y contraleyes, protocolos, ayuda insuficiente, simulacros, rechazos...) de su esperanza. Un mundo mejor no existe para ellos, sólo para nosotros. Pero ni siquiera para nosotros, si ellos no tienen cabida, pues el mundo no es únicamente un espacio físico sino también, y principalmente, un estado de conciencia. No apelaré a los insensibles gobiernos designados como guiñoles por el verdadero gobierno, pero sí a los pueblos, a la práctica totalidad de los pueblos de las naciones europeas que, a poco que investiguen o rememoren, verán que también su pasado incluye guerras y persecuciones, exilios y campos, porque nadie, nunca, ha estado ni puede estar a salvo del horror ni de la muerte; y apelaré a cada individuo, a cada lector o potencial lector. Todo el alegato de Primo Levi, certero y terrible, se resume en el poema que antecede a su libro, de igual título:
"Si esto es un hombre
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rama invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar por casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro."
Parece que no hayamos aprendido nada, que la experiencia sea una nube pasajera y no el cielo en su totalidad. El verso de Levi "Pensad que esto ha sucedido", fácilmente puede cambiarse por "Pensad que esto sigue sucediendo". De nada sirve cambiar los gobiernos si antes no se cortan los hilos mediante los cuales los gobiernos son manejados desde una altura inalcanzable a la humanidad.
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