"...es un hecho que lo que decimos y escribimos es diez veces más estúpido que lo que pensamos y, no obstante, nos aventuramos, como los grandes escritores, a parecer mucho más necios de lo que somos y caemos en la necedad de decir cosas, escribirlas, expresar una opinión, defender una tendencia, interceder en favor de un pensamiento..."
Thomas Bernhard. En las alturas.
En los últimos siete días, relectura compulsiva y obsesiva de Conversaciones con Thomas Bernhard de Kurt Hofmann y Thomas Bernhard, un encuentro de Krista Fleischmann. Mejor el primero que el segundo. Las páginas propias en un segundo o tercer plano, distanciándose de mí hasta parecer ajenas. Así duermo mejor, los somníferos relegados a un cajón de la mesita de noche, el antifaz acumulando polvo y ácaros e hilos de plata. Una dulce ironía y una determinante seriedad impregnando las tardes, soportando altas temperaturas y humedad como si nada. Y mientras tanto: me desprendo de la culpa como de los últimos jirones de un traje ya muy usado donde la tijera de la experiencia ha hecho de las suyas. Hablar y escribir sabiendo que todo esto nunca estará a la altura del pensamiento, y que el pensamiento sólo balbucea ante los sueños. Así duermo mejor y mis crímenes quedan impunes.
Habrá que empezar de nuevo. Siempre hay que empezar de nuevo cuando un final se aproxima.
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