NO TENGAS MIEDO
Por más que un portaaviones sea una ballena gigante,
una moby dick acerada
que guarda en su vientre pequeñas ballenas mortíferas;
por más que se acompañe de tiburones negros;
por más que sobre su coraza en la superficie
se afanen pájaros igualmente metálicos;
por más que los tiburones sean como puercoespines;
no tengas miedo.
Un terremoto simulado no es un terremoto;
el tsunami posterior no es natural,
kilómetros de una tierra, de un estado, perecen
bajo el agua;
la escena la contempla un satélite, un ojo
que todo lo ve suspendido en el cielo de sus dioses;
a pesar de esto, no tengas miedo.
Los gatos en contadas ocasiones tienen miedo,
sólo cuando los debilita la edad o la enfermedad;
un gato en plenas facultades a nada teme,
lo demuestran Lolita, Nube y Sombra cada noche;
la excepción son los fuegos artificiales;
por eso nada temas, no tengas miedo.
Cuando el dictador reprimía, muchos salían a la calle,
no son suficientes; en las calles de hoy
se tiene mucho que perder y poco que ganar;
hay un mundo oculto cuya caja fuerte
está pidiendo ser reventada;
que no te asuste el ruido mediático.
no tengas miedo.
Hablar por hablar, eso también asusta;
hablar para no decir nada, para contrariar al contrario,
eso no debe asustar;
no deben asustar las palabras justas
en su justa medida, no deben asustar los discursos
negativos ni los positivos; todo es igual a cero;
no temas nada.
Y sin embargo ¡cuántos temores!
Temes al aire que respiras, al ruido que no oyes,
al conejo sin orejas, al libro no leído, a la frontera
(playa, horizonte, montaña, castillo, bosque y niebla)
no conocida; temes a la noche y al día,
a la cifra exacta y a la aproximada; temes.
Por ese motivo conviene decirte: no temas.
Porque temes.
Pero no tengas miedo. La muerte será justa contigo
y será justa con tu espejo, tu cuaderno, tu dibujo.
Será justa a pesar de ti y a pesar de todo.
No serás engullido por la ballena,
no te despedazará con sus enormes dientes
el tiburón; no serás agitado más allá de lo soportable
por el bullicio del mar o el temblor de la tierra.
Así que no tengas miedo. Más allá de ti no hay nada,
absolutamente nada que temer.
Salvador Alís.
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