NO SE TENDRÁ EN CUENTA

NO SE TENDRÁ EN CUENTA

(o el nuevo circo)

No se tendrá en cuenta que una vez más el hombre más rico del mundo
sea Bill Gates: que haya muerto con ciento un años
David Rockefeller; que Amancio Ortega baje a la cuarta posición
en la lista Forbes. Son cosas sin importancia, suceden
según los vientos económicos. Se anuncian tormentas, lluvias,
días desapacibles. Bajará la temperatura.

Lo que más me gusta del aeropuerto es su construcción
a prueba de sismos. Nada en él se puede derrumbar.

Trabajo en un aeropuerto que procesó 26 millones de pasajeros
en el último año. Puertas de embarque hasta los números 48, 22, 58,
68 y 99. Aviones que aterrizarán o despegarán cada 45 segundos.
En este cielo un enjambre de avispas enloquecidas.
El avispero no da más de sí. Y sin embargo
batiremos el récord durante el próximo año. Volar por volar.

No se tendrá en cuenta que Chuck Berry haya muerto a los noventa,
que cada día morimos muchos y nacen otros muchos,
que el mundo parece -en lo que respecta a la historia, literatura,
filosofía y ciencia ficción- retroceder cien años con cada avance.

No se tendrá en cuenta que los dibujos se apropien de la realidad,
que sustituyan a la realidad y la cambien por otra cosa.

Solamente una vez me he afeitado en el aeropuerto. Entonces
había agua caliente y el jabón era abundante. Las hojas afiladas
se deslizaban por la cara segando lo que sobresalía.

No se tendrá en cuenta que el que escribe marque sus tiempos:
ahora sí, ahora no.

Si el pintor construye su laberinto para acceder a sus pinturas,
no se tendrá en cuenta.

Si el cantante canta, no se tendrá en cuenta.

Si el que vino a la isla permaneció en la isla, no se tendrá en cuenta.
Si el loco, el maleducado, el agresivo, el que desaparece,
el que roba, el que falsifica y el que miente, quiebran la armonía,
no se tendrá en cuenta.

Si nada lo impide disfrutaré mis vacaciones en julio.
Playas de arena amarilla, espuma blanca y agua verde.


Salvador Alís.