TÝFLOSE TA MÁTIA
El ojo que no distingue entre las malas hierbas
al saltamontes de la mariposa, a la raíz dormida
de la serpiente inmóvil,
redondo como gota de miel,
como lágrima de cristal que contuviera
su parte de cielo y su pequeña tormenta,
ese ojo útil y aún tan ingénuo,
ese ojo que se cierra lentamente para soñar,
ojo necesario e inimitable,
ojo que el negro aguijón del adversario horada
y vacía, ese ojo ciego, líquido, gris,
ese ojo de agua turbia y reflejos de turmalina,
ese ojo velado,
precio que se paga muchas veces
por la libertad de sentir lo que no se ve.
Salvador Alís (Kolympia, 11 - XI - 2015).
viernes, 13 de noviembre de 2015
DYO
DYO
¿Qué será de ellos en el invierno,
cuando nosotros nos hayamos ido;
la casa cerrada, la piscina vacía, el cielo tan azul?
Buscando la playa del atardecer
nos salen al encuentro, brillando
como sólo los que viven para el amor saben brillar;
ella dorada igual que una tierna espiga
y él sacudiéndose la blanca nieve del lomo.
Si uno sube, la otra sube también;
trepan juntos al mismo árbol;
beben juntos de la misma fuente;
caminan en paralelo, cabeza con cabeza
y en equilibrio las colas.
El sueño es común, el abrazo y el juego;
y entrelazados comparten la noche,
la espera, el acecho y el ataque.
En el interior de un ánfora, entre las enredaderas,
protegidos por quién sabe qué palmera,
qué tejado, qué olivo, qué dios o diosa
o favorable destino.
Cuando llegue la lluvia,
cuando la soledad los ate en un ovillo,
cuando las hormigas gigantes conquisten el cuenco de agua,
cuando nos hayamos ido,
cuando al fin tengan que enfrentarse a las fieras,
cuando el halcón abra sus alas...
Salvador Alís (Kolympia, 9 - XI - 2015).
GATÁKIA
GATÁKIA
El mar no teme al sol que le arranca nubes;
la costa no teme al mar que la devora;
el viejo pesquero no teme a la costa que lo reclama.
La vida no teme a la vida.
Faro sin luz,
columna sin ciervo,
molino sin aspas.
La vida no teme a la vida.
Dos jóvenes felinos de fuego como guías
en el ascenso al imponente castillo;
tras los muros principales, el abismo;
azules ambos extremos, inalcanzables ambos.
La vida no teme a la vida.
El ojo en el árbol,
la noche en la piedra,
la sombra en la sombra.
La vida no teme a la vida.
Salvador Alís (Kolympia, 6 - XI - 2015).
El mar no teme al sol que le arranca nubes;
la costa no teme al mar que la devora;
el viejo pesquero no teme a la costa que lo reclama.
La vida no teme a la vida.
Faro sin luz,
columna sin ciervo,
molino sin aspas.
La vida no teme a la vida.
Dos jóvenes felinos de fuego como guías
en el ascenso al imponente castillo;
tras los muros principales, el abismo;
azules ambos extremos, inalcanzables ambos.
La vida no teme a la vida.
El ojo en el árbol,
la noche en la piedra,
la sombra en la sombra.
La vida no teme a la vida.
Salvador Alís (Kolympia, 6 - XI - 2015).
sábado, 31 de octubre de 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
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