martes, 6 de mayo de 2014

RETRATO

Salvador Alís. Hacia 1970. Fotografía de autor anónimo.

NINA SIMONE / SARATOGA

FINAL

FINAL


     Sólo quedan tres páginas en el cuaderno amarillo. Así que estas anotaciones serán las últimas

     En realidad, nada se acaba: se abre otro cuaderno de otro color, se pinta otro autorretrato, se duerme uno y se despierta a otro sueño, se contemplan toda la noche trenes vacíos que no se detienen en la estación

     Nube te pide que le abras la ventana y, al mismo tiempo, te recuerda quien eres

     Tu voz propia diluida en tantos oídos que no oyen. El ruido de fondo

     La moderación de los que no hablan

     La severidad de los ciegos

     Todos ellos se quedan atrás. El mundo como espéctaculo se queda atrás

     De vez en cuando pasas en un tren frente a una estación donde te ves contemplarte a ti mismo en el tren que pasa y no se detiene. Tú le ves parado en el andén pero él no te ve asomado a la ventanilla. El paisaje es negro y también pasa a toda velocidad

     Sólo quedan tres páginas. Una fotografía. Una canción. El ruido de fondo

     El mar que duplica en su agua oscura a la media Luna envuelta en su niebla

     Las gatas dobles, la única

     Te preguntas si no serán intencionados los juegos y una simple estrategia las aparentes vacilaciones

     Decidir en cada momento

     Sombra te contempla junto al plato del agua. El reflejo de la luz en el plato de aluminio

     Lunas llenas en los bordes de los vasos y las copas. El reflejo de la luz en la tapadera de aluminio

     En la calle se oyen gritos, pero no es posible saber si son fruto de la violencia, de la euforia o del placer

     Trenes vacíos que se alejan y otros que los siguen

     En esos trenes: la violencia, la euforia y el placer

     Alrededor del que espera ver pasar los trenes, he demolido piedra a piedra la estación. Sólo quedan paralelas en el suelo. Pero dejaré que tú lo cuentes como si la hubiese demolido yo

     Algo que se piensa humano habla consigo mismo, y se duplica y le habla al otro, que a su vez se duplica y habla... Los espectadores sordos y los actores mudos y los encargados de los focos ciegos

     El responsable de la partitura manco, el acomodador cojo, el portero enano

     Algo que se piensa humano y no repara en sus defectos

     Botellas en los trenes del campo a la ciudad. Botellas en mensajes en el fondo del mar

     Una luna rota formada por cientos de botellas agrupadas en una esfera

     La historia de tu vida y de mi vida en el penacho de humo del tren que se sumerje en la boca del túnel que no tiene final


Salvador Alís.

     




domingo, 4 de mayo de 2014

Aynur & Morgenland Chamber Orchestra

TEORÍA Y PRÁCTICA DEL TRABAJO

TEORÍA Y PRÁCTICA DEL TRABAJO


     Hay quienes trabajan de más a menos y quienes trabajan de menos a más. Algunos se mueren trabajando y otros en sus momentos de ocio. No hay una norma general

     Los hay que trabajan como si trabajar fuera un juego. Las gatas trabajan con su tapón de corcho

     Las horas al día jugando a dormir y a vivir. La vida en juego

     Hay trabajos para uno mismo y hay trabajos para otros. No todos tienen el mismo valor. Los que trabajan con dinero lo saben bien

     Hablar de dinero es una incorrección. Al fin y al cabo, el dinero es cosa de pobres. El poder habla otro lenguaje

     Empresas productivas e improductivas comparten despachos

     Rótulos ante las puertas indican que al otro lado se trabaja: el Director General tras una puerta, el Jefe de Personal tras otra, y así sucesivamente

     También trabajan los Objetos Inanimados, los Elementos, la Naturaleza en su conjunto y el Sistema Solar en su conjunto y la Galaxia y el Universo

     Trabajos que crean y trabajos que destruyen

     Algunos hombres para talar un árbol. Leñadores a las órdenes de una mujer impaciente

     Algunos hombres para forjar una anilla de acero

     Hay quienes dejan de trabajar pero siguen jugando, quienes juegan hasta el final, quienes se mueren en horas libres. No hay una norma escrita

     Son variadas las formas de trabajo: cazar a una mariposa, matar a una cucaracha, colocar piedras en una estantería, dibujar caricaturas, dar clases de filosofía, dejarse fotografiar, escribir mientras se fuma, fumar mientras se bebe, extraer un diamante de la tierra, construir una fortaleza, espiar las estrellas

     Violencia extrema es a veces el trabajo

     Un par de copas de Mirabelle D´Alsace de 45 % vol. Y menos de una hora para el sueño

     Trabajar en sueños. Otra modalidad diferente. Trabajar con corazones, con su intercambio y su parálisis. Trabajar con dientes, con su deterioro

     No hay sindicatos de virus, ni de bacterias, ni de microbios

     Hay reinos de abejas y de hormigas

     No hay reglas escritas

     El silogismo es fácil: Todo es trabajo. El éxtasis, el suicidio y el sueño forman parte del Todo. Luego...

     De tanto en tanto atacan la fortaleza ejércitos que pretenden que la fortaleza trabaje para ellos

     Trabajo especulativo basado en armas inmateriales como el miedo y el deseo

     Hablar de sentimientos no corresponde. Al fin y al cabo, hablar de sentimientos es cosa de fracasados

     El liviano sentimiento de fracasar, como descender por una escalera de una cúspide que produjo vértigo. Guitarra de tres cuerdas

     El colapso en el aeropuerto por exceso de trabajo. Las gatas trabajan con su tapón de corcho

     En esencia, éste es el secreto

     Hacer un sofá para la terraza o hacer una pirámide

     Decir "ya basta" o "se acabó" es trabajo similar a motar una bicicleta por carreteras secundarias, subir y bajar las cuestas ignorando una lesión cardiaca

     El odio y sus trabajos, el abandono, la superación y el sueño del amor que siempre fue ligero

     Se avanza y retrocede, se suben cuatro o siete pisos a pie, se alcanzan terrazas valladas. Las montañas a lo lejos y el mar a lo lejos

     Trabajan las orejas y los ojos para ver y escuchar. Trabajan las manos para escibir y dibujar

     Se echa de menos una tijera

     En esencia, éste es el secreto

     No se trabaja para nadie. Eso es evidente. Pasó el tiempo y aparecieron los cometas

     Centros poderosos desarrollando sus estelas

     Una línea une gritos disonantes. Las gatas duermen (y trabajan mientras duermen) sobre telas amarillas

     Los trabajos y los días se suceden. Poco antes de morir, sin dejar de trabajar, el padre se deja fotografiar por el hijo. La madre (incluida en la fotografía) murió veinte años más tarde

     Todo es trabajo

     Morir y fotografiar la muerte. Vivir y fotografiar la vida

     La mujer cuya impaciencia ha colapsado sentada en un banco del jardín. Sentarse junto a ella y dibujar un árbol

     Esa mujer dibujará su locura. Trabajar es lo que importa

     Buscar hielos en la nevera, sevirse otra copa


Salvador Alís.