LOS PROYECTOS
Pasar por tu casa sin previo aviso llevando un juguete envuelto en papel de colores y atado con una cinta amarilla.
Pinturas hechas por un niño de 65 años para su familia. Comenzarlas cuanto antes o elegir entre las ya existentes, guardadas en carpetas y en cajas dispersas, en su oscuridad y en nuestra ceguera.
Conseguir permanecer erguido con los ojos cerrados, los brazos abrazando el pecho y un pie delante del otro sobre un recto cable tensado sobre este abismo.
Una carta como regalo para las personas que importan, porque el amor hay que decirlo y expresarlo no sólo con imágenes o ensueños, también con palabras.
Reconquistar la terraza. Noviembre no es abril, pero si quieres ser el que fuiste deberás buscar el sol y desafiar a las gaviotas, contar cien vueltas, mover los brazos.
Pensar que cada cual, desde su origen, aprendizaje y circunstancias, es como es y no como tú supones que debe ser. Los besos deben sustituir a los reproches. Ni la culpa ni el rencor tienen cabida en esta verdad.
No olvidar que los proyectos se comportan a veces como pajarillos asustados, y echan a volar ante la menor distorsión. No olvidar que en el otro lado del espejo alguien te observa y cuenta tus pasos.
Salvador Alís.
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