EL ENANO OREJUDO
"El Petiso Orejudo", apodo
dado a Cayetano Santos Godino (Buenos Aires, 31 de octubre de 1896
-Ushuaia, 15 de noviembre de 1944), fue un asesino en serie que asoló
la ciudad argentina de Buenos Aires con sólo 16 años. A principios
del siglo XX fue responsable por la muerte de cuatro niños, siete
intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.
Nació en
la ciudad de Buenos Aires el 31 de octubre de 1896. Era hijo de dos
inmigrantes calabreses, Fiore Godino y Lucia Ruffo. Su padre era un
alcohólico golpeador que estaba enfermo de sífilis. Entre los cinco
y diez años Cayetano concurrió a varios establecimientos
educativos, de donde siempre era expulsado.
El 28 de septiembre
de 1904 y con sólo 7 años comete su primer delito: llevó a un
terreno un niño de 21 meses de edad, donde lo golpeó hasta que fue
detenido por un policía. En 1905, con el mismo modo, Cayetano llevó
a su vecina Ana Neri, de 18 meses de edad, a un baldío donde comenzó
a golpearle la cabeza con una piedra. Afortunadamente un policía
volvió a detenerlo.
En marzo de 1906, volvió a llevar a una niña
a un baldío donde intentó estrangularla y luego la enterró viva. A
los 10 años Cayetano pasaba el tiempo torturando animales, hasta que
fue descubierto por su padre y fue recluido en la Alcaldía Segunda
División más de 2 meses.
El 9 de septiembre de 1908 intentó
ahogar a González Caló, de 22 meses de edad, pero nuevamente fue
detenido a tiempo y liberado al otro día.El 15 de septiembre intentó
quemar los párpados de Julio Botte, de 20 meses, pero esta vez
consiguió huir. El 6 de diciembre los padres volvieron a llevarlo a
la comisaría, pero esta vez permaneció encerrado tres años en la
Colonia de Menores de Marcos Paz. A pedido de sus padres fue liberado
el 23 de diciembre de 1911, pero a diferencia de lo que se esperaba
su violencia empeoró.
El 26 de enero de 1912 fue encontrado
muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años.El 7 de
marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5
años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió
una estación de tranvías. El 8 de noviembre intentó estrangular a
Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento
de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos.A finales de
noviembre incendió dos galpones.
El 3 de diciembre de 1912
encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le
ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo a una quinta
cercana, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí
tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que
llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la
usó para atarle las piernas y las manos. Comenzó a golpearlo hasta
que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a
buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras
de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e
ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo
Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como
martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo,
cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue
encontrado minutos después por el padre de la víctima. Cayetano fue
al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la
cabeza para comprobar los efectos del clavo.
Un día de 1906 el
empleado municipal Fiore Godino entró en la comisaría décima, a
los gritos y clamó ayuda para controlar a su propio hijo, Cayetano
Santos Godino, de sólo 9 años. yo no puedo con él! Es imposible
dominarlo. Rompe a pedradas los vidrios de los vecinos, les pega a
los niños del barrio...y si lo encierro es peor, se pone como loco.
Un dìa había matado a los canarios del jardín y les había
arrancado los ojos y las plumas y me los dejó abajo del la
almohada.
En el diagnóstico se destacaban sus características
físicas: la escasa talla (medía 1,51 metros), la cabeza pequeña,
la extensión de sus brazos (abiertos alcanzaban 1,85 metros), sus
orejas desmesuradas,su miseria física y la desmesura de su órgano
sexual. Todo conducía a una conclusión:estaba predestinado al
crimen
El doctor sostuvo este diálogo con el “Petiso
Orejudo”:
-¿Es usted un muchacho desgraciado o
feliz?
-Feliz.
-¿No siente remordimientos por lo que usted ha
hecho?
-No entiendo.
-¿Por qué incendiaba las casas?
-Porque
me gusta ver trabajar a los bomberos.Cuando ellos llegaban yo les
colaboraba acercándoles baldes con agua.
¿Qué pasaba por la
mente de Godino cuando cometía los crímenes? Según sus propias
palabras, una fuerza ingobernable lo dominaba, el dolor le partía el
cráneo y ese sufrimiento sólo se aliviaba golpeando, matando. Sin
embargo, todos los exámenes médicos descartaron que padeciera
epilepsia.
De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna
anécdota como la siguiente: en 1933, consiguió detonar la furia de
los presos porque mató al gato mascota del penal arrojándolo junto
con los leños al fuego; le pegaron tanto que tardó más de veinte
días en salir del hospital.
Las circunstancias de su muerte,
ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo
nebulosas. Supuestamente murió a causa de una hemorragia interna
causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que
había sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente.
Sobrellevó los largos días de la cárcel, sin amigos, sin visitas y
sin cartas. Murió sin confesar remordimientos.