TEMA DEL DOBLE

TEMA DEL DOBLE

Mientras yo sigo durmiendo, él ya se levanta, baja
los sesenta escalones hasta la calle
y se enfrenta sin miedo al sol de la mañana.

Entre las sábanas, mi cuerpo único y mío, cálido
en esa hora temprana, al borde del final de un sueño
sin final. El viejo despertador digital aún se contiene
y no agita sus campanillas
hasta la hora señalada.

El que abandona la casa me ha robado mi chaqueta negra,
mis zapatos caros, mi reloj de pulsera. Y avanza,
como si yo mismo fuera, con mi propia determinación
y mirada, hacia una meta que yo no quiero alcanzar.

Con el índice y el corazón de la mano derecha
sujeta el último Benson & Hedges. Con la mano izquierda
acaricia la pistola que yo no he acariciado.

Se detendrá en el hueco de un portal discreto,
tras la parada de autobús que frecuento a diario.
Hablará en voz alta y no lo tomarán por loco.
Y sus ojos, que no los míos, se encenderán al ver
a la gente que pasa.

Yo lo seguiré a distancia, ignorando que mis pasos
copian sus pasos, ignorando hasta dónde
y hasta cuándo él mantendrá la ventaja.

Después de lavarme la cara, y en tanto preparo el café
y prendo mi primer Benson & Hedges,
el que se hace pasar por mí y juega al ajedrez
con el movil -que hábilmente me sustrajo en la mañana-
calculará la celada en la que espera atraparme.

Lo conozco bien, tiene mi aspecto y se disfraza de mí,
me ha robado la chaqueta oscura,
mis mejores zapatos y mi reloj suizo. Y acaricia
la pistola que yo encargué y aún no he recibido.

Creo que camina un par de kilómetros o media hora por delante.
Y el traidor acecha en un portal oscuro,
tras la parada de autobús que frecuento a diario.

Si no hoy, cualquier otro día nos veremos las caras.
A la vez dejaremos caer las colillas, empuñaremos
las pistolas reales e imaginarias, el uno sin despertar del sueño
donde el otro ya ha despertado.

Y al concluir su empeño, el que sin duda se hará pasar por mí,
ocultará su arma e intentará dormir.

Salvador Alís.



viernes, 26 de diciembre de 2014

EL FELINO TUERTO

Fotografía de Salvador Alís. Francia.11-XI-2014.

EL TIEMPO Y EL ESPEJO

EL TIEMPO Y EL ESPEJO

En cada una de las habitaciones, un espejo. En la última casa, tras cada puerta,
en el fondo de cada armario, un espejo.
El morador que pasea insensible su dificultad de pasillo en escalera,
de tragaluz en lucernaria, de un cajón a otro cajón.
El reloj de madera del castillo de Chambord, su tenaz maquinaria.
En los espejos de las mil chimeneas donde mil fuegos.
No más de veinte años -en su cabeza. Pero cada espejo muestra una edad,
si las nubes lo permiten, si la niebla se retira y se apagan las luces,
si las constelaciones visibles y el reloj astronómico de Orly.
No se precisa más que una varilla de hierro orientada al sol.
En un espejo hablar, en otro fingir. Escenarios del reflejo de haber sido y ser.
En la última casa, sesenta escalones y otros tantos espejos, la Luna visible
y Marte al fondo de su pasaje.
En las estanterías, espejos. Semblantes de muertos que no se resignan
a morir. En los folios perdidos, cuervos y relojes.
El niño que despierta a un sueño real de espejos y de tiempo detenido
en la noche de su despertar. El felino tuerto que mira sin mirar
el espejo del agua, mientras suenan las campanillas del bosque tocadas
por los inquietos dedos de la lluvia.
Fotografías congeladas en los espejos. En su frialdad.
Se arrodilla el morador ante su espejo, a la puerta de su casa.
La casa en llamas y el ojo se retira.
Es tan lenta la tempestad y tan natural sucede. Y el reflejo del padre
sobre los escalones calla.

Salvador Alis.



GATO SALVAJE




¿Celebran los gatos alguna fiesta? ¿Conmemoran algún acontecimiento? ¿Recuerdan el día de su nacimiento o el día del nacimiento de sus ascendientes y descendientes? ¿Adoran algún dios? ¿Preven el paso de las estaciones? ¿Conocen la historia del mundo o, al menos, su propia historia?

Los gatos carecen del sentido temporal y no tienen consciencia de la muerte. Los hechos importantes de sus vidas no se asientan en ningún soporte o malla susceptible de medición, subdivisión o repetición. No hay ritos (en tanto reglas sagradas) en las vidas del gato, aunque sí rituales de índole domestica o higiénica. No se rién los gatos, no festejan, no bailan. Tampoco son hipócritas.

En tanto animales libres y salvajes (su dependencia y domesticación son ilusorias) permanecen al margen de cualquier parafernalia vital y sus días esenciales son todos y cada de uno de sus días. No sienten la necesidad de un dios porque no tienen miedo a morir. No admiran a líderes ni a héroes, pues héroe es cada uno de ellos, y ante otro lider manifiesto sólo cabe rivalidad.

En días señalados se muestran tan indiferentes como de costumbre. No se disfrazan. No cantan canciones. No cuentan las uvas. La vanidad compulsiva de los humanos no va con ellos. Nos observan a distancia y quizá nos compadecen. Y sin embargo son capaces de amar, aunque su amor sea tan simple y tan puro que pueda parecer evanescente, diluido en un instante único, en un cotidiano y extenso presente como sutil línea de vida donde ningún punto destaca.



EL TERRORISTA Y EL PARÁSITO

     El terrorista es aquel sujeto que nos ataca desde el exterior, generalmente provisto de armas rudimentarias, jugándose la vida en el intento de establecer una justicia (o un ajuste de cuentas) que él echa en falta.
     El parásito, por su lado, puede ser sujeto o cosa que siempre ataca desde el interior o, al menos, desde una proximidad ventajosa. No se juega la vida, sino que se vuelve necesario y hace depender su salvación de nuestra vida, hasta agotarla.
     Un gran estado, un estado colonialista o imperialista, se define mejor en la segunda premisa, aunque a veces sea tan omnipotente que también la primera definición lo defina.
     Los virus son parásitos por excelencia, como igualmente lo son las sanguijuelas y las garrapatas.
     Y con cierto disimulo muchas personas, en diversos ambitos de nuestra vida cotidiana, ejercen de parásitos cuando viven a expensas de otras personas.
     De los virus -se dice- apenas sabemos nada; se disfrazan y mutan, se adaptan y resuelven.
     La desinformación -por su parte- es consustancial al terrorismo, esa negrura que espanta cuando las capuchas son negras y la mano no vacila.
     No conozco otro terrorismo que el sustentado en la ley, cuando la ley la firma un parásito que interpreta a su favor una justicia pervertida.
     Detrás de cada bomba, de cada fuego e inmolación, debe existir una causa o razón que la justifique. Pero los parásitos de la imagen y la palabra, de la electrónica al servicio de las constituciones, ya se ocupan de romper los nidos de gusano y sembrar sus dudas de opinión y sus dudas legislativas.
     Payasos entrenados para ser payasos se llevan las manos a la cabeza cuando la guillotina se simplifica en machete o cimitarra; casualmente los mismos payasos que abusan de la horca y de la electricidad, los que pusieron en juego la destrucción atómica y los que acaban de publicitar su novedoso cañón laser.
     Y millones de espectadores en este circo se llevan las manos a la cabeza cuando un elefante, aturdido y vengativo, aplasta la cabeza de su domador, olvidando las cuatro o cinco décadas de cautiverio, los cuarenta o cincuenta inviernos de tristeza y malos tratos, lejos de su selva y su natural destino, y las ganancias a su costa.
     Terrorista es el cazador y el rey, el aristócrata y el especulador; y en la misma medida son parásitos puesto que se alimentan, para satisfacer su orgullo, de vidas ajenas y maniobras oscuras.
     Algunos parásitos sí conozco, pequeños y despreciables, y se mezclan con mi vida para producir a veces desazón y a veces reflexión. Personajes dudosamente humanos porque no sienten empatía alguna, porque duermen sin remordimiento y porque, al final de su vaga jornada, creen haber cumplido con su deber.
     Ladrones impenitentes, como la urraca ladrona, que destrozan con su avaricia y usura mil veces mas vidas que una bomba en la cintura.
     Matar es humano aunque no debería serlo, pero hay formas y formas. Cuando alguien, desde su altura, se lleva las manos a la cabeza porque un suicida no tiene nada que perder, yo cuento hasta diez y me pongo a pensar.
     ¿Fue Espartaco un terrorista? ¿Lo fue Craso? ¿El parásito fue la esclavitud o el imperio?
    

sábado, 13 de diciembre de 2014

EL VINO





La Chapelle-aux-Naux. Francia. 8 de noviembre de 2014.


"Bebo vino al levantarme,
también bebo al mediodía.
Bebo al comenzar la tarde.
Siempre bebo al acostarme
y, después, sueño que bebo.
¿Será beber un deseo?
¿Puede ser una manía?
Me gusta beber y bebo
porque soy feliz bebiendo.

Si no bebo me arrepiento
del tiempo que no he bebido.
Bebo si me encuentro solo,
también lo hago en compañía.

Bebo y caigo en el olvido
olvidando que he bebido
y vuelvo a beber de nuevo."

Juanjo Gomariz, Cien odas al vino. Palma, 2012.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

John Coltrane / A Love Supreme Live




Para profundizar:

http://www.jotdown.es/2013/12/a-love-supreme-el-evangelio-segun-john-coltrane/


EL AMIGO AMERICANO


FORMAS EN QUE LOS CARCELEROS DE GUANTÁNAMO HAN TORTURADO (O SIGUEN TORTURANDO) A LOS PRISIONEROS:

1. ALIMENTACIÓN A TRAVÉS DEL ANO, MEDIANTE UNA SONDA QUE SUMINISTRA SUERO, DE MODO QUE SE LES MANTIENE CON VIDA AL TIEMPO QUE SE LES PRIVA DE LA SENSACIÓN DE MASTICAR Y DEGUSTAR Y ELUDIR ASÍ LA SENSACIÓN DE TENER EL ESTÓMAGO VACÍO Y SENTIR HAMBRE.

2. LUCES ENCENDIDAS PERMANENTEMENTE Y MÚSICA ININTERRUMPIDA LAS 24 HORAS DEL DÍA PARA PERJUDICAR EL SUEÑO Y CAUSAR GRAN DESAZÓN.

3. CONSTANTES AMENAZAS VERBALES RESPECTO A LA MUERTE PROPIA O DE FAMILIARES O AMIGOS, VIOLACIONES, DAÑOS CONSIDERABLES Y VENGANZAS EJECUTABLES.

4. RECLUSIONES PROLONGADAS EN CELDAS DE AISLAMIENTO INSONORIZADAS Y EN COMPLETA OSCURIDAD.

5. ACOSTADOS BOCA ARRIBA Y CON UNA TOALLA SOBRE LA BOCA Y LA CARA, SE VIERTE SOBRE LOS PRISIONEROS, UNA Y OTRA VEZ, CUBOS DE AGUA PARA PRODUCIR AHOGO Y ASFIXIA.

6. SE LES OBLIGA A LLEVAR PAÑALES Y SE LES IMPIDE ACCEDER A CUALQUIER TIPO DE RETRETE PARA QUE SE ORINEN Y DEFEQUEN ENCIMA.

7. RELEGADOS EN CELDAS OSCURAS, SE INTRODUCEN EN ELLAS INSECTOS, LO QUE CAUSA MUCHO PAVOR EN LOS PRISIONEROS EN LA OSCURIDAD.

8. TAMBIÉN SE LES ENCIERRA EN CAJAS DE REDUCIDO TAMAÑO (A LA MANERA DE ATAUDES), DONDE SE LES ABANDONA A SU INMOVILIDAD Y SU PENSAMIENTO.

9. SE LES VISTE DE ROJO; Y SE UTILIZAN VESTIDOS PLÁSTICOS, GAFAS CUBRIENTES QUE DIFICULTAN LA VISIÓN Y CASCOS SOBRE LAS OREJAS.

Y A PESAR DE TODO ELLO NO SE EVITAN LOS SUICIDIOS, LA LIBERACIÓN EXTREMA.

LA TORTURA DE UN SER HUMANO POR OTRO SER HUMANO ES LO MÁS DELEZNABLE QUE UNO PUEDE IMAGINAR. NINGÚN ANIMAL, POR MUY FEROZ QUE PAREZCA, SERÍA CAPAZ DE SEMEJANTE SOFISTICACIÓN.

EL OLVIDO DE ALGUNA FORMA NO DESMERECE EL HORROR DE ESTAS PRÁCTICAS.

LOS PUNTOS ANTERIORES SE BASAN EN LA REFLEXIÓN POSTERIOR A LA LECTURA DE UN ARTÍCULO DE PRENSA AL QUE LA MAYORÍA, SUPONGO, NO PRESTARÁ MUCHA ATENCIÓN A CAUSA DEL MALESTAR IMPLÍCITO. MEJOR MIRAR HACIA OTRO LADO. Y DE CUBA, MEJOR MIRAMAR QUE GUANTÁNAMO.

LA DIFERENCIA ENTRE LA MUERTE Y LA TORTURA ESTRIBA EN LA PROLONGACIÓN DEL SUFRIMIENTO. UN LEÓN PUEDE MATAR EN MINUTOS; UNA ARAÑA O UNA SERPIENTE, EN HORAS. TE DISPARA UN FRANCOTIRADOR O TE CORTAN LA CABEZA EN UN INSTANTE. PERO SÓLO LOS VERDADEROS DEMÓCRATAS TE CONDENAN A MUERTE Y POSTERGAN LA INYECCIÓN LETAL. DURANTE AÑOS.

sALVADOR aLÍS.




martes, 9 de diciembre de 2014

CUALQUIER HOGUERA PRODUCE HUMO

CUALQUIER HOGUERA PRODUCE HUMO

A coincidir en semejanza se resisten algunas palabras, algunas voces,
también los cuerpos y los símbolos de esos cuerpos
se alejan y son perdidos en el incesante transcurrir,
y más tarde son halladas, escritas en otra lengua, al borde de la página
de la vida enmudecida, cuerpos y símbolos de esos cuerpos
desnudos y solos en la distancia.

Perdida la rima, el tono, el sobresalto. Perdida la música, el encanto
de yacer juntos esos cuerpos y que el tiempo se detenga.

Rara vez ella se presenta con su vestido oscuro, rara vez
con su vestido blanco. La recubre la exuberante naturaleza verde
y aparece embriagada por el vino.

En este bosque de palabras cualquier hoguera produce humo.

Las sombras de los pájaros que antes fueron pájaros
cantan en agitada confusión, extraviadas en el alto ramaje,
un lamento de voces y palabras que otro viento se lleva consigo
hasta el más allá donde anidan
los verdaderos cuerpos y las verdaderas alas.

Y sobrevolando el bosque, en un cielo encendido y esmeralda,
sin saber hacia dónde caer en picado,
la sombra del halcón traza,
en repetidos círculos, el desconcierto de su esperanza.

Salvador Alís.








ANNA AJMÁTOVA



     Después de escribir mi último poema, EL GALLO DE ASCLEPIO, sentí una gran satisfacción, felicidad por la obra lograda. Dormí poco esa noche, y desperté alterado; le dije a mi compañera que en la noche me había visitado la musa. Jamás antes usé tal expresión, y yo mismo quedé extrañado. Lo que pretendía decir es que el poema me fue dictado y que, aunque breve -o por el hecho de serlo-, quedó resuelto, redondo, perfecto a mi parecer, como suele decirse: sin falta y sin exceso.
     Pero hoy, pocos días más tarde, aparece casualmente ante mí Anna Ajmátova con otro poema titulado LA MUSA, y pone las cosas en su sitio.

<< Cuando aguardo su llegada por las noches,
pareciera que la vida pende de un hilo.
¿Qué son los honores, la juventud, la libertad,
ante la dulce huésped con su flauta en la mano?
Y entra, me mira fijamente
y me quita la manta.
Le digo
"¿fuiste tú quien dictó a Dante
las páginas del Infierno?"
Y responde: "Yo". >>

Anna Ajmátova (1889-1966).

domingo, 7 de diciembre de 2014

SOVENTE IL SOLE


A menudo el sol

resplandece en el cielo

más bello y gracioso

si una oscura nube

ya lo ocultó.


Y el mar tranquilo

casi sin olas

se percibe mejor

si una tempestad

antes lo turbó.

EL GALLO DE ASCLEPIO

EL GALLO DE ASCLEPIO

En el trance de la muerte importan tanto las últimas palabras.
El que acompaña, escucha, pretendiendo obtener un afirmación
a su esperanza, herencia, resarcimiento.
El que habla agotando su aliento quiere dejar las cuentas claras.
   
"Le debemos un gallo a Asclepio." -le dijo Sócrates a Critón
cuando la cicuta ascendía hasta su corazón. "Cuida que la deuda
sea satisfecha."

¡Quién, como Sócrates, en el momento final, fuera capaz
de recordar lo debido y olvidar lo demandado!

Es mucho lo que la vida nos ha dado y muy escaso nuestro aporte.
¿Quién no ha destruido, no ha causado estragos, no ha pisado
las flores? En la balanza de nuestro horizonte
pesa más el mar que el cielo.

Salvador Alís.




viernes, 5 de diciembre de 2014

JOHN KEATS

Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,
como un sueño inconcluso, la espera de la muerte
y cada circunstancia u objeto es una suerte
del decreto del azar que anuncia que soy presa

de mi fin, como un águila herida mira al cielo.
Pero es un delicado murmullo este lamento
por no tener conmigo una nube, acaso un viento,
que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo.

Estas borrosas glorias que imagina la mente
prestan al corazón un territorio escondido,
y un extraño dolor cuyo prodigio silente

mezcla la helénica grandeza con el sonido
del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente
con solo la sombra de un ser desconocido. 

John Keats (1795 - 1821). 

HASTA EL FINAL


Pantalla grande. Máximo volumen. Hasta el final.