"Vemos que un hombre se arrepiente de su acto y sacamos la conclusión de que tales actos deben ser evitados. Ejemplo de una conclusión falsa pero aparentemente irreprochable. Pasa cierto tiempo y vemos al mismo hombre que vuelve a arrepentirse por un segundo acto semejante. Si apreciamos la lógica, ello nos confirmará nuestra primera conclusión. Si no apreciamos la lógica, diremos que el hombre necesita por igual realizar <<actos>> y arrepentirse. A veces, por cierto, el error de la primera conclusión se corrige de otro modo. Tras sacar la conclusión de que el arrepentimiento demuestra la necesidad de evitar ciertas acciones, el hombre las evita toda su vida y de repente, con inusual lucidez, comienza a arrepentirse de <<no haberlas realizado>>. Pero entonces la conclusión es ya prácticamente inútil: la vida está acabada y la mente esclarecida no sabe cómo deshacerse de esa luz innecesaria."
Lev Shestov. Apoteosis de lo infundado. (Intento de pensamiento adogmático).
Hermida Editores. 2015. Pág.: 89.
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