COGE LA ROSA DEJA LA ESPINA
Escribir por nada. Escribir para no conseguir otra cosa
que un paisaje donde la niebla desdeña tu mirada.
Humo que arde y vela que se apaga.
Hablar ante nadie, para nadie y sin motivo porque las sombras
no escuchan, porque las manos se ocultan
y los pasos aplastan a los pasos con premura.
Decir lo mismo una y otra vez variando el gesto, el tono, la palabra
que se afirma para negarse y volver. Todo dicho
y todo por decir.
No diré mi nombre. No sé quién habla.
Días de un cuento extraño donde el silencio prisionero
enloquece en su castillo.
A lo lejos esta música y aquella otra tan cercana.
Espiral sonora que se cierra cuando se abre, que grita y calla.
Coge la rosa. Deja la espina.
Salvador Alís.
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