Autorretrato
Si a veces necesito comprensión,
otras veces, en cambio,
estoy más precisado de ignorancia.
Porque tengo un caballo de cordura,
con cordura embridado,
y otro tengo también de necedad,
de necedad ensillado.
Quien me quiera, por tanto, en derechura,
me tiene enderezado,
quien me quiera torcido,
torcido me tendrá.
Muhammad B. Hazim Al-Bahili
Recuerdos de viejo
Veo que ya la vista se me cansa
tras haber sido fuerte.
¡Bástete con tener buena salud!
Y es que el día y la noche, los dos tiempos,
tratan continuamente, sin conseguirlo,
de alcanzar su deseo.
¡Cuántas voces, de paso, fui escuchando,
y con cuántas miradas me encontré!
Se fue haciendo de noche
por la orilla de aquella juventud.
De haberme levantado, me habría revestido
de una túnica a rayas.
Tengo ya mucha edad, y todo viejo
se aburre y desencanta.
Humayd Bin Thaur Al-Hilali
Solo
Me ha castigado tanto ya el dolor,
que me resulta cosa familiar,
médicos, cuidadores, no aguantan ya a mi lado.
Si hay algo que me importa,
parece que las noches me impiden alcanzarlo
aunque yo lo persiga.
Y solo, sin amigos, por doquier,
cuanto más importante es el deseo
más pequeña es la ayuda.
Al-Mutanabbi
Amor
Porque el amor es nube, sobre mí,
y torrentes, debajo.
Y me hunde los pies,
o me cae cual diluvio.
Como una ciudad, como una tribu,
me envuelve la pasión,
encuentra la nostalgia
su albergue y su descanso
aquí en mi corazón.
Y en torno mío, tan sólo,
hay vientos circulando.
Abu-Nuwas
Patria de la pobreza
Yo no cierro mi puerta porque tema
que me puedan robar lo que poseo.
La cierro simplemente porque así,
quien transite el camino,
no pueda ver mi mala situación.
Porque mi casa es patria de la pobreza,
donde, si entra el ladrón,
le robarán.
Abu-Firaun As-Sasi
Taracea de poemas árabes. "Poesía árabe clásica oriental". Tanais Ediciones.
Sevilla. 1995. Pág.: 17, 27, 33, 37 y 83.
Sevilla. 1995. Pág.: 17, 27, 33, 37 y 83.
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