LA CALACA
Donald Trump ha ganado las elecciones. Por fin un tío con cojones
se hará cargo del Imperio y, de rebote, del Mundo. No saben
la alegría que esto me causa, que no quepo en mí de gozo, las razones
de su triunfo absoluto y las posibilidades que se abren.
Claro que ustedes, señores votantes y aplaudidores, no comprenden
de qué hablo, niños al fin y al cabo, ni siquiera estudiantes,
adulando al matón de la clase, que por no estudiar no aprenden
que en este circo no hay futuro y que así gobiernan los comediantes.
Este evento de consecuencias planetarias me llega descolocado.
Hoy comienzan mis vacaciones, mañana emprendo el viaje.
Espero que mis aviones no sean en el aire fatalmente derribados.
Ya he pagado por mi vida, no quieran cobrarme otro peaje.
Cerdeña nos espera con los brazos abiertos, y algunas botellas
de vermentino. Un par de libros pendientes y pinturas por hacer.
A Donald no le voy a perdonar que haya ofendido a Lila, pues ella
es una verdadera mujer y no una muñeca rota o que se deje romper.
Un muro de mil seiscientos kilómetros, dice el ingenuo, otra muralla
infinita, a semejanza de la china de 10.000 Li. Y no pagaremos,
dice el payaso, las risas no provocadas por nuestras batallas.
El cambio climático, dice el inconsciente, es un invento de memos.
Aquí falta un hombre de verdad, un Dirty Harry y su pistolón,
alguien que imparta justicia y ahorre en los presupuestos
policiales, judiciales y penitenciarios. Un tiro de gatillo y un cabrón
menos, a tomar por culo. Por mí que sí, que se maten entre ellos.
Me intriga imaginar qué pensarán los iraníes, los norcoreanos,
los chinos, los cubanos... Pero que pronto hemos sabido del beneplácito
de tantos dirigentes europeos. Añoranza de los imperios, los romanos
conquistaban por las armas. Trump se contenta con tocar el pito.
Alarma mundial no hay, las bolsas oscilan al alza y a la baja.
Quizá en nombre de la democracia llegue ahora un portaaviones
a Bahía de Cochinos y convierta la caña de azúcar en paja.
Esos roncitos que se tomaban gratis, los pagarán sin objeciones.
Y el negro -que decepción- lo invita a la Casa Blanca para el traspaso
de poderes y quién sabe qué otros secretos. Una casa de putas
de mi juventud se llamaba igual. Seguramente no es este el caso
pero se parece. Lo mismo se aflige uno por estas cuitas.
La loca ha perdido mientras el loco sujeta con su mano derecha el cetro.
La cobarde Europa -con la excepción del tibio Hollande- felicita
al Emperador. Yo también lo felicito, y al tiempo lo espero.
Su leche norteamericana no puede darnos más de lo que nos quita.
Hipócritas y temerosos, aquí nadie habla claro, nadie dice lo que piensa
-en el caso de pensar- salvo Lila y algunos pocos. Pero yo que no tengo
guardaespaldas, fama, dinero ni protección, y ninguna renta
en la que apoyar mis metáforas, no me guardo de decir lo que pienso.
Y por pensar digo que con el Pato Donald y con el tío Gilito
el Mundo irá de mal en peor. Felicito al Ku Kus Klan y al neo nazismo.
Lograron alcanzar sus metas. Camino allanado para este capitalismo
que excluye a quienes por nacimiento jamás alcanzarán este hito.
Racista, machista, adinerado, fraudulento, televisivo, intolerante,
atiende este consejo: un buen psicólogo, un buen tratamiento
con tranquilizantes..., o pégate un tiro por los verdaderos comediantes,
los que de verdad hacer reír sin necesidad de fingimiento.
Representas todo lo que yo más rechazo, la densa oscuridad
de tus alturas. Tú no pisas la tierra que yo piso, tú no vives la vida
que yo vivo. En tus rascacielos y tus misas negras no hay verdad,
no hay empatía, no hay escalera que ascienda, solo profunda sima.
Ningún temor ante ti y ante tu Imperio. Ya me voy, A pulso me he ganado
mis vacaciones. Aunque si estas palabras te fueran filtradas y aceptas
el desafío, te espero sin esperanza, pues no tú sino un sicario
será el que se presente y se sacrifique por ti. Tú no andas, sino reptas.
Hijo de una serpiente, nacido de un huevo podrido, ¿quién eres tú
para excluir a los que buscan algún refugio, negar que el hielo se rompe,
afirmar que las mujeres son juguetes? ¿Quién eres tú
para controlar armas geológicas, para detener asteroides?
El Mundo no es el nombre de un casino en Las Vegas. Para ti nunca
cantó Presley ni Sinatra. Y te han negado Madona, Clooney, Beyonce...
A tu favor, extrañamente, Clint Eastwood, Tyson... La única
verdad de tus asuntos es verdad especulativa, ganar y no perder.
Lo que más me duele es reconocer tu falta de responsabilidad,
pues no eres tú quien se ha votado a sí mismo, aunque sí,
sino un ejército de obesos, descerebrados y fanáticos faltos de equidad,
los cagados por la incultura, el miedo, el interés y (continuará)
Salvador Alís.
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