CABEZAS CORTADAS (2ª PARTE)
Que los hombres se entierran a sí mismos es un hecho indiscutible: cavan la fosa y se echan la tierra alrededor, se cubren hasta el cuello, dejando fuera las cabezas. Y luego miran al cielo
A veces forman filas en el suelo y otras veces tumultos, formas desorganizadas
Lo más común son las formas geométricas, las medidas de algunos lados coinciden, se repiten las medidas, se equilibran las cabezas en armónica distribución
Todo es símbolo de otro símbolo que a su vez
Se cuelan en un texto que avanza como un bordado
Colores que se interponen a la grafía
Se asalta un párrafo, una frase, una línea, una palabra. Ahora el azul, ahora el blanco
Los puntos faltan porque nada se termina y todo es símbolo de un fluir sin orden hacia no se sabe dónde
Una de las cabezas se abandona y ya no mira al cielo
Todas esas cabezas ya pintadas podrían ser las mismas
O partes de una cabeza compuesta
Comienza otro mes de otro año
Las gatas están ahí con sus édades distintas, con su comportamiento desigual, con su mirada que multiplica por tres la mirada
Donde coinciden debería haber un punto, debería haber algo
La grafía en ausencia de otra cosa
La palabra, la frase, la línea, el párrafo
No se escribe para contentar a nadie
Se abren puertas que no llevan a ningún lado
La llave de esas puertas es frágil y, con el uso, se deforma y se gasta
Tras la puerta blanca, la puerta azul
El deseo de abrir puertas dejándolas abiertas
El deseo de construir un muro
En esta imagen: piedras irregulares, arcilla y arena
Construir una fortaleza con una plaza central donde enterrar hombres y que sobresalgan sus cabezas
Al sol del mediodía
En tanto las hormigas gráficas trazan los senderos entre ellas
Salvador Alís
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