En lugar de lápida, una sencilla e irregular piedra de mármol con su nombre tallado tóscamente, fecha de nacimiento y muerte y, en la parte superior izquierda, la letra omega.
Mati Klarwein murió en Deià a los 69 años (la misma edad en que murió Kevin Ayers), mientras dormía.
Cuatro años antes, en 1998, tuve la suerte de ver su magnífica exposición antológica Mil Finestres (Mil Ventanas) en el Palau Solleric de Palma. Antes y después lo vi algunas veces paseando por el rastro en busca de viejos y baratos òleos sobre los que pintar.
En uno de los muchos textos propios que incluyó en el catálogo de aquella exposición podía leerse: "Este soy yo, aquel que piensa que éste soy yo..."
Aquí una muestra de su pintura.
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