MENTIRAS Y VERDADES
Paseando esta mañana por el parque,
de manera casual y no premeditada,
me encontré de pronto con una pequeña mentira.
Por descartar que yo la hubiese perdido,
comprobé que las mías seguían a buen recaudo en los bolsillos.
Esa mentira pequeña, allí abandonada entre flores y guijarros,
me produjo cierta pena y la tomé en las manos.
¿A quién pertenecías? -le pregunté.
¿Quién te ha dejado sola en este parque en hora tan temprana?
A nadie pertenezco -me respondió-
y vivo aquí desde que tengo memoria,
pero si tú me reclamas seré tuya.
Parecía sincera y sin embargo le dije: apenas amanece y tú ya mientes,
¿cómo pretendes que te crea?
Soy una mentira, sí, y aún no tengo experiencia,
pero lo que digo es verdad.
A nadie pertenezco y tú me has elegido.
de manera casual y no premeditada,
me encontré de pronto con una pequeña mentira.
Por descartar que yo la hubiese perdido,
comprobé que las mías seguían a buen recaudo en los bolsillos.
Esa mentira pequeña, allí abandonada entre flores y guijarros,
me produjo cierta pena y la tomé en las manos.
¿A quién pertenecías? -le pregunté.
¿Quién te ha dejado sola en este parque en hora tan temprana?
A nadie pertenezco -me respondió-
y vivo aquí desde que tengo memoria,
pero si tú me reclamas seré tuya.
Parecía sincera y sin embargo le dije: apenas amanece y tú ya mientes,
¿cómo pretendes que te crea?
Soy una mentira, sí, y aún no tengo experiencia,
pero lo que digo es verdad.
A nadie pertenezco y tú me has elegido.
Salvador Alís
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